Conseguir tomates con sabor es una quimera desde hace muchos años para muchos consumidores, sin embargo, una investigación reciente, ha conseguido identificar los genes que contribuyen a que identifiquemos el sabor de este producto.
En la última emisión de Agropopular -28 de enero de 2017-, Antonio Granell, profesor de Investigación del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas de Valencia, explicó las claves de este estudio.
En la investigación han descubierto los componentes del tomate que los consumidores percibimos como su sabor. En total son 13 los compuestos relevantes, los que identifica nuestro sistema gustativo. Sin embargo, todos ellos “prácticamente han desaparecido en las variedades modernas” y solo están presentes en las tradiciones”.
Existen 100 genes, de los 35.000 que tiene el tomate, que son los que contribuyen a dar el sabor a este producto.
Con esta investigación han conseguido un «mejorador» para conseguir primar el sabor del tomate. Los mejoradores de las variedades permiten disponer de las herramientas para recuperar el sabor de este producto.
De este modo, se ofrece una herramienta para incorporarla en el procedimiento de selección de variedades, que pueda satisfacer a todos los elementos de la cadena: los productores -que quieren producción- y los consumidores -que quieren calidad-.
¿Algún día encontraremos tomates con sabor siempre que vayamos a la frutería?
Según Granell, es difícil garantizarlo, pero ahora disponemos de «las bases para tener una buena genética”. Con ello, los agricultores pueden cultivar de tal forma que el tomate pueda desarrollar esa calidad y así “tendremos unos tomates que sepan bien y que puedan durar el tiempo suficiente para que puedan ser transportados y tengan un buen aspecto”.
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