Ante el aumento de los costes debido a la guerra en Ucrania y al periodo COVID, los agricultores británicos tienen dificultades para producir huevos, verduras y carne de vacuno, según advirtió la NFU, el principal sindicato agrícola del país, que teme una ruptura en la cadena de abastecimiento alimentaria. El Gobierno británico intenta tranquilizar.
Afectados por la escalada de los precios de los fertilizantes (+240% desde 2019), de los piensos (+75% desde 2019), de los carburantes y de la energía (+650% para el gas desde 2019) en el contexto de la guerra en Ucrania, «los agricultores británicos se encuentran en una situación de emergencia», advirtió Minette Batters, presidenta de la NFU (National Farmers’ Union), el principal sindicato agrícola británico, en una rueda de prensa el 6 de diciembre.
Además, advirtió de que «a largo plazo, el peligro es que el Reino Unido produzca cada vez menos alimentos y dependa cada vez más de las importaciones». Se trata de una verdadera amenaza para la seguridad del abastecimiento a largo plazo”. En sólo tres años, «el Reino Unido cuenta con 7.000 empresas agrícolas menos» debido al impacto acumulado de la pandemia del Covid-19 y el conflicto ruso-ucraniano, afirmó también la NFU.
Sectores agrícolas bajo presión
En este contexto de crisis, varios sectores agrícolas son ya muy frágiles. Es el caso de la producción de huevos, que ha caído un 13%, pasando de 42,7 millones a 37,8 millones entre 2019 y 2022. Los huevos, también afectados por una epidemia local de gripe aviar, son escasos y caros en el Reino Unido, lo que ha obligado a muchos supermercados a racionarlos.
Respecto a los cultivos de invernadero que consumen mucha energía, como los tomates y los pepinos, se espera que los niveles de producción sean los más bajos desde 1985 (cuando se analizaron los datos por primera vez). En 2021, sólo se produjeron 68.000 toneladas de tomates (en 2022, la cantidad prevista es aún menor), frente a las 92.000 toneladas de 1985. En cuanto a la producción de pepino debería ser inferior a 55.000 toneladas en 2022, frente a las 67.000 toneladas de 1985.
La NFU pide «más equidad» en la cadena de abastecimiento
La NFU también está preocupada por el importante descenso del número de vacas reproductoras en el Reino Unido, que asciende a 1,485 millones, es decir, la cifra más baja desde el primer recuento realizado en 1996. Desde 2019, la producción británica de carne de vacuno ha caído en 25.000 toneladas, pasando de 914.000 toneladas a 889.000 toneladas en 2021. Casi uno de cada diez miembros de la NFU que producen carne de vacuno ha declarado estar considerando la posibilidad de reducir el tamaño de su rebaño en los próximos 12 meses, según precisó el sindicato agrario.
Para hacer frente a esta situación, la NFU pide «más equidad» en la cadena de abastecimiento y para ello quiere que «los riesgos de costes se compartan con las empresas intermediarias, como envasadores o distribuidores». En este tenso contexto, el Ejecutivo británico trató de tranquilizar: «el Reino Unido dispone de una cadena de suministro de alimentos extensa y muy resistente» que se basa en «una fuerte producción nacional, así como en importaciones a través de rutas comerciales estables», indicó en una declaración