La comercialización de aceite de oliva, que había iniciado la actual campaña 2018/19 a buen ritmo, se animó aún más en enero, mes en el que se vendieron unas 130.000 toneladas, sumando la exportación y el mercado nacional, de acuerdo con los datos provisionales que ha facilitado al sector la AICA (Agencia de Información y Control Alimentarios).
Considerando el acumulado de los cuatro primeros meses de campaña (de octubre de 2018 a enero de 2019), el total comercializado asciende a 472.000 toneladas, lo que supone un aumento respecto a las 436.000 del mismo período de la campaña anterior y es muy similar al volumen vendido en los primeros cuatro meses de 2016/17.
La AICA ha dado cuenta también de un dato provisional de producción en enero de 681.000 toneladas, con lo que la cantidad obtenida hasta finales de ese mes suma 1,4 millones de toneladas, un volumen ya cercano a la previsión que se maneja para la actual campaña, que podría rondar los 1,6 millones de toneladas.
En cuanto a las existencias, a finales de enero ascendían a 1,36 millones de toneladas, de acuerdo con los datos provisionales de la AICA. De ellas, 1,06 millones se encuentran en las almazaras.
Estas cifras de producción y existencias hacen que los precios de mercado se encuentren, en la actual campaña, muy por debajo de los registrados en las dos anteriores por las mismas fechas. Sin embargo, desde el sector productor insisten en que no está justificada esta evolución, ya que, si bien se espera una producción importante de aceite de oliva este año en España, no sucede lo mismo con los demás países productores tanto de la UE como terceros. De hecho, las exportaciones españolas podrían superar el millón de toneladas esta campaña.
A nivel comunitario se esperan un total de 2,108 millones de toneladas (frente a 2,186 millones de toneladas en 2017/18) debido a que el incremento en España no ha podido compensar del todo la acusada caída de la producción en Italia, donde no llegará a las 200.000 toneladas, y las previstas en Grecia y Portugal.