De cara a la campaña 2022-2023, la producción de aceite de oliva alcanzará las 780.000 toneladas, según el aforo inicial elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), basado en los datos comunicados por las comunidades autónomas.
Esta cifra supone una importante reducción respecto a la campaña precedente (cuando se obtuvieron 707.638 toneladas) debido a la severa sequía registrada durante los meses de verano en las principales zonas productoras, que ha causado problemas en el cuajado de los frutos.
La directora general de Producciones y Mercados Agrarios, Esperanza Orellana, presidió este miércoles -19 de octubre- la Mesa Sectorial de Aceite de Oliva y Aceituna de Mesa en la que, además de las previsiones para la campaña 2022-2023, se ha analizado con los representantes del sector, la situación de mercado.
Según el Ministerio, estas estimaciones podrían incrementarse en función de la evolución climática y las lluvias que puedan producirse en las próximas semanas, ya que el fruto aún continúa en proceso de acumulación de aceite.
Además, los datos del Ministerio indican que las mayores existencias de enlace respecto a la campaña pasada y el aumento previsto de las importaciones van a incrementar los recursos disponibles de aceite de oliva.
Situación internacional
Asimismo, en la Mesa Sectorial se ha puesto de manifiesto que esta situación de nuestro país también se reproduce a nivel internacional, con una caída de la producción mundial y significativas bajadas en Italia y Portugal, así como con altos niveles en las cotizaciones.
Aceituna de mesa
En el caso de la aceituna de mesa, cuya recolección se inició el pasado mes de septiembre, las existencias de enlace compensarán parcialmente la reducción de la cosecha prevista, lo que garantizará el suministro en los mercados exteriores y el consumo interno.
Campaña 2021-2022: récord en comercialización
En lo que respecta a la campaña 2021-2022 de aceite de oliva, que finalizó el pasado 30 de septiembre, la sectorial ha constatado cifras récord de comercialización, así como buenos resultados tanto en el consumo nacional como en los mercados exteriores.
Finalmente, los precios del aceite de oliva se han situado por encima de los obtenidos en la temporada anterior, en una media del 27%, lo que “ha compensado en buena medida” el aumento de los costes de producción y “ha permitido una mejor remuneración a los productores”.