Los españoles consumen 3,32 litros anuales de aceite de palma, una cifra que aumentaría a 3,77 litros si se incluye el aceite de palmiste. Estos son algunos de los datos del informe publicado por la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible.
Este estudio, elaborado por la consultora Arum, recoge que la industria alimentaria utiliza únicamente el 10,3% del aceite de palma que importa España cada año, ya que el grueso (83%) se dirige a la producción de biocombustibles.
En concreto, nuestro país importó 1,9 millones de toneladas de aceite de palma durante 2017 (un 27% más que en 2016), de las cuáles 190.000 se dirigieron a alimentación humana.
Uso alimentario
En cuanto al uso de aceite de palma en alimentación, este se concentra en la producción de margarinas, galletas, bollería, pastelería, helados, así como en cremas y coberturas de cacao. Su uso es más residual en leches infantiles, sustitutivos lácteos, preparados para sopas, aceites de fritura, patatas fritas, aperitivos, conservas vegetales y pescado.
Según el informe, actualmente el 43,7% del aceite de palma utilizado por la industria alimentaria cuenta con un certificado de sostenibilidad, por encima del 23,7% de 2016 y de 29,9% de 2017.
El aceite de palma es el más comercializado y consumido en el mundo por delante del aceite de soja y de otros aceites vegetales, y su uso ha sido objetivo de polémica tras las críticas de algunos expertos por el elevado contenido en grasas saturadas, así como por los problemas medioambientales y la deforestación registrada en los países donde se cultiva, sobre todo Malasia e Indonesia.
La fundación ha recordado que en España «no se produce», y ha subrayado la importancia de este ingrediente prácticamente «insustituible» para la elaboración de algunos productos alimentarios.
En este sentido, ha informado de que algunos fabricantes lo utilizan en sustitución de las grasas hidrogenadas, consideradas más perjudiciales para la salud si se consume en exceso.