Como Indonesia, Malasia ha solicitado oficialmente la apertura de consultas en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC) con la Unión Europea en relación a su reglamentación relativa a limitar el recurso de aceite de palma en la producción de biocarburantes antes de 2030.
Tras Indonesia hace poco más de un año, es el turno de Malasia de abordar en la OMC el tema de las medidas europeas encaminadas a restringir el uso de los biocarburantes a base de aceite de palma.
Malasia, segundo exportador mundial de aceite de palma, puso en marcha sus amenazas y solicitó recientemente la apertura de consultas con la UE en el marco de la OMC. Este país considera que “las medidas denunciadas adoptadas por la UE y algunos de sus Estados miembros, a saber, Francia y Lituania, son incompatibles con el acuerdo de la OMC sobre los obstáculos técnicos al comercio, el acuerdo general sobre los aranceles y el comercio de 1994, y el acuerdo sobre las subvenciones y medidas compensatorias”.
La UE puso en marcha en junio de 2019, en el marco de la directiva sobre las energías renovables un reglamento que define las materias primas destinadas a la producción de biocarburantes de alto riesgo de cambio indirecto del uso de los suelos (ILUC). Este texto tiene como objetivo restringir el recurso al aceite de palma en el biodiésel en la UE de aquí a 2030, dado que la UE decidió limitar al 7% el uso de biocarburantes de primera generación (producidos a partir de cultivos alimentarios). En su queja, Malasia apunta también a la tasa francesa general sobre las actividades contaminantes y la ley de Lituania sobre las energías renovables.
Deforestación importada
Esta petición de consultas constituye el punto de partida formal del procedimiento de solución de diferencias en el marco de la OMC. A falta de acuerdo en un plazo de 60 días se constituirá un grupo especial. El pasado mes de julio, Malasia anunció su intención de demandar a la UE ante la OMC, al estimar que las restricciones europeas son “discriminatorias” y corren el riesgo de desestabilizar los medios de subsistencia de tres millones de personas. Indonesia ya presentó oficialmente la queja ante la OMC contra este reglamento europeo a finales de 2019.
La Comisión Europea tiene previsto reexaminar, antes de junio de 2021, el impacto de este reglamento sobre el cultivo de las materias primas afectadas y la disposición relativa a los pequeños agricultores. El dispositivo propuesto prevé un cierto número de exenciones para los pequeños agricultores de menos de 2 hectáreas o para el aceite de palma producido en tierras abandonadas o degradadas.
Estas demandas podrían tener también un impacto sobre las propuestas que prepara Bruselas para el mes de junio para reducir la deforestación denominada “importada”, es decir, ligadas al consumo en la UE de productos responsables de una deforestación fuera de la UE.