Acuerdo en Bruselas sobre la nueva política de indicaciones geográficas

Rottenmeier

Los negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE llegaron el 24 de octubre a un acuerdo político sobre la reforma de la política comunitaria de indicaciones geográficas (IG). En contra de lo que proponía la Comisión Europea, han decidido que esta última conserve sus competencias únicas en materia de examen de las IG mientras que la Oficina Europea de la Propiedad Intelectual (EUIPO) se limitará a proporcionar asistencia técnica en cuestiones puramente administrativas (sistema de alerta, gestión del registro).

En lo que respecta al vino, la mayor parte de las normas que regulan las indicaciones geográficas en este sector se mantienen en el reglamento sobre la Organización Común de los Mercados de la PAC (en particular los controles y el etiquetado), como pedían los eurodiputados, aunque algunos elementos pasan al reglamento sobre las IG (protección, sostenibilidad).

Entre las novedades de la nueva reglamentación destaca la introducción de un marco jurídico único y un procedimiento de registro abreviado y simplificado. Se fusionan las diferentes normas sobre los procedimientos y la protección de las IG para los tres sectores (alimentos, vino y bebidas espirituosas), lo que se traduce en un único procedimiento simplificado de registro de IG para los solicitantes de la UE y de terceros países. Se espera que este marco reduzca el tiempo de espera desde que se solicita una IG y su registro.

En el ámbito digital, se extiende la protección no solo al mercado online, sino también a los nombres de dominio de Internet, algo esencial para garantizar la reputación de las indicaciones geográficas.

Asimismo, el nuevo reglamento ofrece garantías para el empleo de ingredientes amparados por una denominación de calidad en la elaboración de productos transformados o envasados. El objetivo, según el Ministerio de Agricultura, es evitar posibles abusos en la utilización de nombres de una indicación geográfica si se usan ingredientes en cantidad que no resulte suficiente para conferir sus características al producto final. Además, por primera vez, un alimento procesado pueda incorporar en el etiquetado de su envase la mención de una indicación geográfica, así como en su material publicitario

Por otro lado, el acuerdo introduce por primera vez la posibilidad de hacer referencia, en los pliegos de condiciones de las indicaciones geográficas, a la sostenibilidad de los productos acogidos. Según ha explicado el Ministerio de Agricultura, las agrupaciones de productores podrán acordar introducir requisitos basados en la aplicación de prácticas más sostenibles tanto de carácter medioambiental, como social, económico, o de bienestar animal. El texto acordado por el Parlamento y el Consejo incluye una lista no exhaustiva de prácticas de sostenibilidad como incentivo a los productores.

Por último, las nuevas medidas establecerán un sistema voluntario de agrupaciones de productores de IG reconocidas que crearán los Estados miembros. Para aumentar el atractivo del sistema, estos grupos estarán facultados para gestionar, hacer cumplir y fomentar sus indicaciones geográficas con el fin de reforzar su posición en la cadena de valor.

El siguiente paso para que la nueva disposición pueda entrar en vigor es su ratificación por el Parlamento Europeo y por el Consejo.

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