La Comisión Europea, que negocia en nombre de la Unión Europea (UE), y los cuatro países miembros de Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) han alcanzado en la tarde del 28 de junio un acuerdo comercial, que se puede calificar de histórico, tras más de veinte años de negociaciones. Se trata de un primer paso muy importante, pero ahora comienza un largo proceso de ratificaciones. Así, por ejemplo, del lado comunitario, este pacto debe ser ratificado por los Estados miembros vía Consejo de Ministros o Cumbre Europea, por el nuevo Parlamento Europeo y por los parlamentos nacionales.
España ha apoyado este acuerdo. La semana pasada el presidente en funciones, Pedro Sánchez, junto a otras delegaciones como la de Alemania, pidió a la Comisión Europea que se implicase a fondo en las negociaciones para cerrar lo antes posible el citado acuerdo. Sin embargo, otros Estados miembros como Francia, Irlanda, Polonia y Bélgica se opusieron a realizar nuevas concesiones, especialmente en el capítulo agrario y más en concreto en el sector del vacuno de carne. Otro tanto hicieron varias decenas de eurodiputados y las organizaciones agrarias y cooperativas de la UE agrupadas en el COPA-COGECA.
Carne de vacuno, arroz y cítricos
Como es habitual, el capítulo agrario ha sido uno de los más complicados de todo el proceso negociador. Hay que tener en cuenta que de los cuatro miembros de Mercosur dos de ellos, Brasil y Argentina, son potencias agrarias a nivel mundial. Desde el punto de vista del campo español los mayores problemas se registrarán en los sectores de vacuno de carne, cítricos y arroz. También habrá que estar muy atentos a lo que se haya pactado sobre la protección de las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas protegidas.
Tanto los eurodiputados contrarios al acuerdo como las organizaciones agrarias de la UE, incluidas las españolas, han puesto de manifiesto que las estrictas normas de obligado cumplimiento que rigen para los productores europeos en materia sanitaria, fitosanitaria, zoosanitaria y de sanidad animal y de respeto medioambiental deben quedar garantizadas de forma clara e inequívoca en el acuerdo para asegurar a los consumidores europeos que los productos que adquieren en el mercado comunitario cumplen con todos los requisitos y estándares europeos.