“¿Por qué nadie pide a las distintas agencias de la UE (las del medio ambiente, productos químicos, seguridad alimentaria,…) que lleven a cabo un estudio holístico tanto económico, como social y medioambiental” del glifosato? Esta es la pregunta que lanzó el director general de la AESA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), Bernard Url, durante un debate con la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo.
En su opinión, esa sería la mejor manera de tener una visión completa del asunto cuando se acerca el momento de reanudar las discusiones sobre su reautorización.
La autorización para comercializar el herbicida en el mercado de la UE expira a finales de 2022. En junio de 2021 la AESA enviará su dossier sobre el mismo a los cuatro Estados miembros ponentes (Francia, Hungría, Holanda y Suecia), que dispondrán de 12 meses para reenviar a la AESA su proyecto de informe de evaluación. Este se someterá a consulta pública y después se abrirá el proceso de revisión por sus socios para, finalmente, presentar las conclusiones definitivas en el otoño de 2022, con el fin de que los Estados miembros puedan decidir sobre su reautorización o no. “Será una decisión política”, según Bernard Url.
Todavía hay sospechas
Unas revelaciones recientes han venido a enturbiar la evaluación anterior del glifosato, que condujo a su reautorización a finales de 2017. El Laboratorio de farmacología y toxicología de Hamburgo, uno de los que participaron en la última evaluación del glifosato, habría manipulado y falsificado algunos resultados de esos estudios.
Este laboratorio se ha cerrado y las autoridades alemanas han abierto una investigación. Url considera que estas informaciones “son muy preocupantes” pero ha asegurado que los resultados de los 24 estudios (de un total de 900) realizados por este laboratorio, “aunque se retiren, no cambian en nada las conclusiones generales sobre el glifosato”.
La estrategia “de la granja a la mesa” que la Comisión Europea tiene previsto publicar hacia finales de marzo contempla una mejora de los sistemas de aprobación y de autorización de pesticidas. Hay trabajo por delante.
Residuos de pesticidas: Bruselas bajo presión
Ante la presión de ciertos países terceros (principalmente de Estados Unidos y Canadá) y de empresas agroquímicas, la Comisión Europea ha abandonado su plan inicial de aplicar una tolerancia cero a la presencia de residuos de ciertos productos fitosanitarios –cuyo uso esté prohibido en la UE- en los productos alimentarios importados, según ha denunciado un informe de la ONG Corporate Europe Observatory, especializada en conflictos de intereses.
Esta organización afirma que “Bruselas ha tenido que afrontar un número incalculable de visitas, cartas e informes, quejas y amenazas en la OMC (Organización Mundial del Comercio)” que la han empujado a modificar su intención inicial.
El informe final sobre el “chequeo médico” de la reglamentación europea sobre los pesticidas podría presentarse a finales de marzo, coincidiendo con la nueva estrategia “de la granja a la mesa”. La ONG espera que este informe permita aclarar las intenciones de la Comisión en lo que respecta a los residuos de pesticidas en las mercancías importadas.