La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) ha puesto a punto un método armonizado para que sus grupos científicos evalúen el efecto combinado potencial de las mezclas de productos químicos en la alimentación humana y animal.
Con ello, sus expertos podrían adoptar, llegado el caso, un enfoque específico para las mezclas que complementaría las disposiciones actuales de la Unión Europea en materia de evaluación de las sustancias químicas individuales.
La AESA ha puesto de manifiesto en un comunicado que los humanos, los animales y el medio ambiente pueden estar expuestos a múltiples sustancias químicas procedentes de fuentes diversas y constata que comprender cómo se comportan esas sustancias combinadas es muy complejo porque el número de combinaciones es potencialmente infinito.
El método que ha adoptado se basa en otros ya existentes y en la experiencia internacional en materia de evaluación de los posibles problemas derivados de las mezclas de productos químicos. Según los expertos de la AESA, la evaluación de las mezclas funciona de forma similar a la evaluación de las sustancias individuales.
Primero se determina quién está expuesto (humanos, ganado, animales salvajes como las aves o las abejas,…) y en qué medida y después se cuantifica el riesgo comparando la exposición combinada y la toxicidad combinada.
Normalmente, añaden, para estimar el riesgo global utilizamos las dosis que generan efectos normales; pero, en ocasiones, los productos químicos interactúan, lo que conduce a que su toxicidad aumente o disminuya cuando se combinan. Esas interacciones son raras pero deben comprobarse, sobre todo en los casos de aumento de la toxicidad. “Nuestro documento -subrayan- nos permite hacerlo para cada mezcla examinada”.
El método, concluyen, “se ha concebido para ayudar a quienes tienen que gestionar el riesgo a nivel europeo y nacional a tomar decisiones con conocimiento de causa, en situaciones en las que debe tenerse en cuenta una exposición combinada de varios productos químicos”. Algunos de estos principios ya se están utilizando, por ejemplo, cuando hay que evaluar grupos de pesticidas o de contaminantes.