Por César Lumbreras
Los agricultores catalanes dejarían de percibir más de 300 millones de euros al año (más de 50.000 millones de pesetas) en concepto de ayudas directas, si Cataluña se independizara de España, ya que, de acuerdo con la normativa vigente, eso supondría también su salida de la UE. A esa cantidad, habría que añadir el dinero correspondiente a la política de desarrollo rural, que asciende a 348,6 millones de euros para todo el periodo actual (2014-2020). Además, los productos agroalimentarios catalanes, por lo menos al principio de la independencia, quedarían en peor situación que los procedentes de países como Marruecos o Egipto, por ejemplo, que tienen acuerdos comerciales de carácter preferencial con la UE.
Este viernes 29 de septiembre, grupos de agricultores catalanes convocados por la Unió de Pagesos, entre otras organizaciones, salieron con su tractores a las carreteras y principales ciudades en defensa del referéndum. Se supone que saben las consecuencias que tendría para ellos una hipotética independencia de Cataluña. Esto es lo que sucedería, con la normativa actual en la mano:
- La independencia de Cataluña de España significaría también la salida de la UE, por lo que dejaría de aplicarse la PAC, así como las normas sobre política comercial.
- Cataluña debería pedir la apertura de negociaciones para integrarse nuevamente en la UE. Esa decisión se debe adoptar por unanimidad de los Estados miembros. Parece bastante difícil, a fecha de hoy, que, además de España, países como Francia, Italia o Alemania diesen su consentimiento.
- En caso de que finalmente se autorizase la apertura de negociaciones para la adhesión, pasarían varios años antes de que acabasen. Al final, el acuerdo al que se llegase debería ser aprobado, también por unanimidad, por los Estados miembros.
- Mientras tanto, dejaría de aplicarse la PAC en Cataluña. De acuerdo con las estimaciones del Ministerio de Agricultura, los agricultores de esta Comunidad Autónoma van a recibir durante el actual periodo presupuestario (2014-20, ambos incluidos) 2.546 millones de euros.
- Esa cifra se desglosa de la siguiente manera: 348,6 millones de euros corresponden a la política de desarrollo rural a través del FEADER y 2.198 millones a las ayudas del FEAGA. De esta última partida, 1.848 millones son para ayudas directas (pago básico,…) y 350 millones para otro tipo de apoyos (programas de apoyo al vino,…)
- Por ejemplo, durante el ejercicio presupuestario 2016, los agricultores y ganaderos catalanes percibieron 316,964 millones de euros en concepto de pagos del FEAGA (en pesetas son bastante más de 50.000 millones).
- El otro punto importante a tener en cuenta es el de la política comercial. De entrada, y con la independencia en la mano, Cataluña quedaría fuera del mercado único y pasaría a ser un país tercero. Esta situación se vería agravada, por lo menos durante un periodo transitorio, porque sería un país tercero normal, ya que no contaría con un acuerdo comercial de carácter preferencial, como el que tienen, por ejemplo, Marruecos, Túnez, Egipto o Chile, por citar tan solo algunos. Eso significaría, ni más, ni menos, que los productos agroalimentarios catalanes tendrían un trato más desfavorable que los de Marruecos o Egipto, ya que se aplicaría el arancel normal a su entrada en el mercado comunitario.
- Esta situación duraría mientras no se negociase un Acuerdo de Asociación o de carácter preferencial, a la espera, a su vez, de la negociación para que una Cataluña independiente se integrase en la UE, suponiendo que los Estados miembros aprobasen por unanimidad, tanto la apertura de negociaciones, como el resultado de las mismas.
- En resumen, los agricultores catalanes perderían más de 300 millones de euros al año del FEAGA y 348,6 millones de la política de desarrollo rural, si se toma con referencia el dinero del actual periodo presupuestario. Además, y de entrada, sus exportaciones de todo tipo de productos, especialmente los agroalimentarios, al resto de la UE se verían dificultadas y gravadas por los aranceles.
- Conclusión: no parece que la independencia vaya a ser un buen negocio para los protagonistas de la tractorada.