La Coordinadora Rural francesa ha vuelto a la carga contra las diferencias reglamentarias que, según esta organización, existen entre España y Francia y que, dice, perjudican a los agricultores galos.
En un comunicado pide «la prohibición de importación de todos los productos agrícolas que utilizan tratamientos prohibidos en Francia y la indicación obligatoria del país de producción en los envases». La organización afirma que «el ejemplo más flagrante es el de los productos fitosanitarios». Añade que en los comercios franceses se venden manzanas, peras y cítricos españoles tratados con «spinetoram», una sustancia que los agricultores galos no pueden utilizar. Piden que se haga lo mismo que con las cerezas tratadas con «dimetoato», cuyo acceso al mercado francés se prohibió hace unos meses.