AGRYGA pide al Gobierno que vele por los intereses del último eslabón de la cadena

Entrevista en AGROPOPULAR con Herminio Íñiguez, presidente de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Villanueva de la Serena (AGRYGA)

Agryga
Imagen de archivo de Herminio Íñiguez.

ASAJA, COAG y UPA encabezaron la semana pasada las movilizaciones del sector en 14 puntos de cinco comunidades autónomas. En ellas denunciaron la “grave crisis de rentabilidad” que sufren la práctica totalidad de los sectores agrícolas y ganaderos.

Las primeras protestas tuvieron lugar el martes en Santiago de Compostela, Zaragoza y País Vasco. El miércoles continuaron en Logroño, Almería y Don Benito (Badajoz). La movilización de Don Benito fue la más sonada, pues coincidió con la inauguración de la Ferial Internacional AGROEXPO y se produjeron enfrentamientos entre la Policía y un grupo de manifestantes, que terminó con 15 heridos leves.

En esta movilización estuvo Herminio Íñiguez, presidente de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Villanueva de la Serena (AGRYGA), con quien hablamos en la última emisión de AGROPOPULAR -1 de febrero-. Según explicó, «la manifestación fue un éxito rotundo, fue la unión de todo el sector por primera vez desde el 27 de marzo de 2018, cuando empezamos con las movilizaciones. La pena fue lo que pasó en esa manifestación, que los policias cargaron con pelotas de goma».

En este sentido, señaló que «es es una pena que tenga que salir la sangre de los agricultores» para que los problemas del sector sea noticia a nivel nacional. A su juicio, la situación que se vivió el miércoles muestra que el sentimiento está muy caliente, ya que llevan mucho tiempo pidiendo a las administraciones que les escuchen y «no lo han hecho».

¿Qué pide el sector extremeño?

En cuanto a las peticiones, Íñiguez explicó que lo que quiere el sector agrario en Extremadura es que el Gobierno vele por los intereses del último eslabón de la cadena. «Pedimos unos precios justos, que se vele por que no se vendan los productos por debajo de coste». Es una pena que la fruta se venda a 2/3 euros y el agricultor lo esté cobrando a 17 céntimos.

En este sentido, recordó que otros países han marcado un margen de venta, es decir, que nunca se pueda vender en los lineales por encima de un 30% de lo que se le liquida al agricultor.

También criticó que se cambien las normas de juego, por ejemplo, con la subida del salario mínimo interprofresional (SMI), aunque matizó que esta protesta no fue contra dicha subida. «Nosotros lo que queremos es ganar dinero, que nuestras explotaciones sean rentables para poder pagar esa subida y que nuestros trabajadores tengan un sueldo digno, pero también queremos que alguien vele por nuestros ingresos no solo por lo de los trabajadores».

Por ello, pidió que, ya que cambian las reglas del juego y suben los sueldos, que también bajen las cargas sociales de esos contratos, que influyan en la bajada de impuestos para que podamos sobrevivir y mantener a estos trabajadores. «Si no va a haber menos empleo y más parados, como han recogido las últimas estadísticas», concluyó.

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