El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha subrayado que este miércoles -9 de diciembre- es un día «memorable» en el que «estamos haciendo región» ya que la gran mayoría de la Comunidad Autónoma ha firmado el Acuerdo en defensa del agua de región, lo que equivale a una estrategia común sobre el agua.
Todos los partidos políticos con representación en las Cortes regionales, y otros como IU, sindicatos y empresarios, organizaciones agrarias, colegios oficiales, colectivos que representan la sostenibilidad y municipios han firmado este acuerdo que refleja una unidad sin precedentes en la defensa del agua por parte de la sociedad castellanomanchega.
El acuerdo firmado considera el agua como un derecho humano, tal y como lo establece la Organización de Naciones Unidas, y como un bien público con el objetivo de garantizar el abastecimiento en cantidad y calidad suficiente. Aboga por el uso de agua para regadíos sociales y para el desarrollo del territorio, tanto del medio rural como del urbano, priorizando la cuenca cedente frente a la receptora, acotando las transferencias de agua a momentos de necesidad real en otros lugares.
Los firmantes del documento comparten el objetivo de trabajar para «dar una vuelta por completo a la estrategia del agua»
García-Page ha subrayado que todos los firmantes del documento comparten el objetivo de trabajar para «dar una vuelta por completo a la estrategia del agua» en España, y ha agregado que «nadie se alarme» en el Levante, en la Comunidad Valenciana, Murcia o Almería, porque su mensaje es «muy conciliador».
En este sentifdo, ha recalcado que Castilla-La Mancha no busca el perjuicio de otras regiones y ha ofrecido su colaboración a los presidentes de la Comunidad Valenciana, Murcia o Andalucía a la hora de conseguir las «mejores condiciones» para el precio del agua en las alternativas que hay al trasvase, las desaladoras.
También ha resaltado que «nunca» se pondrán trabas al abastecimiento para la población, que es una proporción muy pequeña del agua que se trasvasa desde el Tajo, y ha agregado que en España hay agua «para poder compartir» pero el problema es que se resta agua a una zona y se la condena y agravia en favor del desarrollo de otras.
Finalmente, ha apuntado que hay dos fórmulas para trabajar en la defensa del agua, una hacerlo desde la política, que sería «lo ideal», y otra dejarlo a la imposición de la naturaleza, ya que cada vez hay menos agua y «cada vez tiene menos sentido gestionarla» como hasta ahora, mediante el trasvase del Tajo al Segura.