La campaña de ajo ha comenzado en nuestro país, en concreto, en Andalucía, con 15 días de retraso y una previsión de cosecha entre un 3 y un 5% menos que la de 2017, que alcanzó las 267.000 toneladas.
La superficie sembrada es de 26.000 hectáreas, similar a la de la anterior campaña, según datos del director de la Asociación Nacional de Productores y Comerciliazadores de Ajo (ANPCA), Luis Fernando Rubio.
Respecto a la extensión del cultivo, Rubio ha apuntado que se ha frenado en parte porque los regantes de algunas zonas productoras han contando con dotaciones «escasas y restricciones de agua», así como por el «problema de arrendamiento a causa de la Política Agraria Común (PAC).
«Es difícil encontrar tierra para arrendar porque ha de producirse en cesión de derechos de la PAC y existe el temor entre los agricultores a perderlos posteriormente o a no poder recuperarlos», ha señalado.
En cuanto a las regiones productoras, el director de la Asociación ha apuntado que Castilla-La Mancha será de nuevo la principal con 17.016 hectáreas (17.200 ha en 2017), que tomará el testigo a Andalucía con 5.617 hectáreas (5.400 ha en 2017) con dos semanas de retraso, y finalizará en Castilla y León, donde los agricultores han plantado 2.000 hectáreas, al igual que en el año anterior.
«Es difícil encontrar tierra para arrendar porque ha de producirse en cesión de derechos de la PAC»
El retraso en el inicio de campaña se ha debido principalmente a los meses lluviosos de marzo y abril y a la falta de sol, que ha provocado un descenso en los calibres, que «ha permitido la eliminación de parte del stock existente en cámara, con lo que la nueva cosecha se encontrará con un mercado con escasas existencias» ha apuntado Rubio.
La Asociación avanzó en sus previsiones para 2018 en su asamblea ordinaria y extraordinaria que celebró el pasado día 16 en Montilla (Córdoba) con la asistencia de representantes de 57 empresas del sector, en la que hicieron un balance de los proyectos y actualizaciones.
En cuanto a la comercialización en 2017, ANPCA señaló que fue algo más lenta que en la campaña 2016 y con «precios de venta más bajos respecto a las dos temporadas anteriores, en las que alcanzaron niveles récord».
