En la región alemana de Brandemburgo hay ya oficialmente 91 casos de peste porcina y la venta y exportación de productos cárnicos ha sido prohibida en varias demarcaciones. Todos los casos corresponden a animales salvajes hallados en el distrito de Spree-Neisse y en el distrito vecino de Oder-Spree, dentro del Land de Brandemburgo, y hasta ahora ningún cerdo de granja ha sido infectado, pero China y otros compradores de carne de cerdo han tomado ya medidas y han cancelado las importaciones de carne porcina alemana, lo que ha ocasionado una significativa caída de los precios alemanes.
Los criadores alemanes de cerdos están sufriendo actualmente un doble golpe, debido a ese descenso de los precios y a la reducción de la capacidad de los mataderos, a causa de la crisis del coronavirus.
Hay un excedente de cerdos que debe permanecer en las granjas, con el consiguiente gasto de mantenimiento, que no encuentra salida en el mercado. La ministra de Agricultura alemana, Julia Klöckner, en un discurso ante la conferencia de agricultores alemanes, ha adelantado que no se aplicarán ayudas estatales como el almacenamiento subvencionado de carne de cerdo sin vender.
Klöckner considera que “la lucha contra la peste porcina en Alemania será una carrera de larga distancia», y que los esfuerzos del gobierno se centran en negociar el levantamiento de las prohibiciones de importación con China y otros países asiáticos.
En este contexto, el Partido Liberal (FDP) propone levantar una valla a lo largo de toda la frontera con Polonia. «Para que no entren más jabalíes enfermos al país a través de la frontera germano-polaca, necesitamos una valla estable a prueba de jabalíes», ha dicho el portavoz de política de caza del grupo parlamentario, Karlheinz Busen.
Actualmente hay ya cercas eléctricas bajas en Sajonia, Brandeburgo y Mecklemburgo-Pomerania Occidental. Busen sin embargo duda que «Polonia haya retenido efectivamente a los jabalíes o que lo haya hecho en el pasado». Por eso su partido ha presentado una moción solicitando una valla de 1,50 metros de altura, el mismo tipo que la que Dinamarca erigió en 2019 a lo largo de la frontera con Alemania.
Busen califica la gestión de crisis a nivel federal, estatal y rural como “desastrosa”. «Es por eso que el gobierno federal necesita un derecho de ejecución para ordenar medidas directas para combatir la peste porcina antes de que alcance niveles ya difíciles de controlar», exige.
Para los ganaderos, la situación se encuentra en “fase crítica”, según el presidente de la asociación del sector, Joachim Rukwied. “Esta es una fase extremadamente crítica. Esperamos que los competidores de España, Holanda o Dinamarca suministren a nuestros mercados fuera de Europa, para que así tengamos más oportunidades de comerciar en Europa. En otras palabras, que el mercado se recupere”, expresa su esperanza.
El primer caso de peste porcina africana detectado en Alemania fue confirmado el 10 de septiembre, en un jabalí muerto en Brandeburgo. Desde entonces se han seguido dando casos en la zona cercana a la frontera polaca. El Ministerio Agricultura, que ha intensificado los controles, garantiza que las granjas de los ganaderos aún no están afectadas y que dentro de la Unión Europea, que supone alrededor del 70 % de las exportaciones alemanas de carne de cerdo, las prohibiciones comerciales se limitan únicamente a las explotaciones agrícolas de las regiones afectadas. “Este enfoque debería aplicarse también a los mercados no europeos. Pero por desgracia el gobierno alemán no llegó todavía a una conclusión en las conversaciones sobre este asunto”, explica Rukwied.
Los precios no se han recuperado
El presidente de los ganaderos alemanes también confirma que los precios no se han recuperado ni para el cerdo ni para los lechones. En la actualidad, rondan los 1,27 euros por kilo de peso en canal, frente a los 1,47 euros anteriores al brote de peste porcina.
“Este repentino abaratamiento fue prematuro e innecesario”, en comparación con los 1,77 euros de España, el mayor productor de cerdos de Europa. “Tanto los criadores de cerdos como los productores de lechones están actualmente en números rojos. No podrán mantenerlo por mucho tiempo”, lamenta, al tiempo que solicita una solución para los cuellos de botella en los mataderos: “debemos crear la posibilidad de sacrificar ganado durante los fines de semana y los días festivos. Porque los animales están en los establos y están creciendo”.
Los grandes estados agrícolas de Renania del Norte-Westfalia y Baja Sajonia, ambos en el oeste del país, ya han permitido el trabajo de los mataderos durante los fines de semana. Rukwied ha pedido ayuda a la población para mantener a raya la peste porcina, recordando que “los ganaderos llevan años invirtiendo en medidas de seguridad, pero es muy importante que la población también esté alerta y no tire descuidadamente sobras de comida que podrían propagar el virus”
Rosalía Sánchez, corresponsal de la Cadena COPE en Berlín