El sector del porcino es uno de los que más dificultades está atravesando en Francia en estos momentos.
Debido a ello, se están reproduciendo algunas de las actuaciones del pasado verano. Hay operadores españoles que están viendo reducidos sus envíos al mercado francés porque los transformadores de este país, atendiendo a las exigencias de los distribuidores, quieren carne de origen francés.
Al margen de que todo el sector del porcino europeo esté sufriendo una crisis de precios debido principalmente al exceso de oferta en el mercado comunitario, los ganaderos franceses tienen un problema añadido de competitividad en este sector respecto a otros países, como España, Alemania y Polonia.
Sí pueden vender a mejor precio productos de coste más bajo, como los despojos, pero se han quedado atrás en el caso de cortes con mayor valor añadido, como los jamones y la carne deshuesada.
En este último caso, los operadores españoles tienen precios más competitivos. De hecho, en el caso de los jamones listos para cocer, la mercancía española tiene una cuota del 25% en el mercado francés, según informes de la propia Administración gala.
Otro sector en el que Francia es un país menos competitivo que España es el de frutas y hortalizas.
La contrapartida es el sector lácteo. En este caso es España el país que sufre la entrada de importantes cantidades de leche procedentes de Francia, que es excedentaria.