Cuando llega el calor, una alimentación adecuada y una buena hidratación son clave para ayudarnos a regular nuestra temperatura y además a mejorar los síntomas asociados como el insomnio, las bajadas de tensión o la retención de líquidos.
En la sección `A la salud por la alimentación´ del 22 de julio hablamos con nuestra nutricionista de cabecera, María Muñoz Yuste, sobre la alimentación en tiempos de altas temperaturas.
¿Qué podemos hacer para combatir las altas temperaturas?
Beber mucho líquido. El líquido fundamental es el agua. Debemos llevar siempre nuestra botella a mano. También podemos optar por agua con gas y una rodajita de limón o agua de sabores (añadir a nuestro litro de agua 2 tazas de frutos rojos congelados).
Elegir infusiones frías o café con hielo, siempre teniendo en cuenta el contenido de teína/cafeína. Al estar frío tendemos a beber más cantidad. Tener en cuenta opciones como un descafeinado o una infusión rooibos o infusión de jengibre.
Y también optar por un zumo de tomate. Solemos decir que el zumo no es recomendable porque es azúcar libre pero el tomate no es una fruta, el tomate es una hortaliza y no genera un pico de azúcar.
Helados naturales (polos de sandía o melón). Batimos la fruta, la ponemos en un molde de silicona y directa al congelador.
Comidas ricas en agua y ligeras. Elegir una alimentación donde predominen vegetales de verano ya que son ricos en agua y nos ayudarán a reponer minerales que perdemos por la sudoración. Elegir sandia, melón, melocotón, albaricoque, pepino, berenjena.
Optar por comidas más ligeras. Las comidas pesadas pueden afectar a nuestra tensión, sobretodo tenerlo en cuenta las personas que tienden a tener tensión baja en verano. Si lo necesitamos, podemos comer más a menudo, pero de forma más suave.