La pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania han puesto de manifiesto la fragilidad del sistema alimentario de la UE. A la vista de ello, el servicio de investigación del Parlamento Europeo (EPRS) ha publicado una nota en la que pide un aumento de la producción de alimentos para el ganado en la Unión, en particular de proteínas de origen vegetal, al tiempo que se optimizan los recursos disponibles.
La Comisión Europea tiene previsto presentar en este primer trimestre de 2023 una nueva Comunicación sobre el desarrollo de las proteaginosas en la UE. En su nota, que alimentará el informe de iniciativa del PE sobre una nueva estrategia europea en materia de proteínas, el EPRS subraya la necesidad de reducir la dependencia de la UE de los principales productos e insumos agrícolas importados, en particular las proteínas vegetales destinadas a la alimentación animal. Sería un cambio estratégico que permitiría contener la volatilidad de los precios.
La Comisión Europea tiene previsto presentar en este primer trimestre de 2023 una nueva Comunicación sobre el desarrollo de las proteaginosas en la UE
La nota explica que una de las soluciones pasa por aumentar la producción europea de proteínas vegetales, así como de harina de insectos, que es una alternativa válida para la alimentación animal. La utilidad de los insectos, explican los investigadores, es también transformar la biomasa (como los residuos alimentarios) en proteínas de alto valor y otros nutrientes adaptados a la alimentación de las aves y los cerdos y podría contribuir a reducir el déficit en proteínas de la UE y aumentar la circularidad de la industria agraria.
La Comisión Europea, que reconoce este potencial para cubrir el déficit de proteínas, se ha comprometido, a través de la estrategia «de la granja a la mesa», a fomentar el uso de insectos como materia prima alternativa para la alimentación animal.
Otra alternativa son las proteínas microbianas. Su alto contenido en proteínas, su elevada tasa de crecimiento y su reducido uso de tierras y agua (en torno al 10% del agua necesaria para cultivar soja) le otorgan un gran potencial para garantizar la sostenibilidad del sector agrario.
Optimizar los recursos disponibles
Además de la diversificación y el aumento de la producción, el sector ganadero de la UE también puede lograr una mayor autonomía alimentaria optimizando los recursos disponibles con la ayuda de las tecnologías digitales, explica la nota. Esta precisa que las recientes innovaciones en el ámbito de la nutrición animal y de los programas informáticos de formulación permiten a los ganaderos y a los fabricantes de alimentos para animales comprender mejor las necesidades nutricionales de los animales de granja, lo que favorece un uso más eficaz de los alimentos para el ganado y una fabricación optimizada de piensos compuestos.
Por otro lado, el EPRS subraya que algunas partes implicadas han propuesto también cambios en la dieta del ganado, dando prioridad a los alimentos de «bajo coste de oportunidad» (productos no aptos para la alimentación humana, como la hierba) y reduciendo así la utilización de las tierras y la huella medioambiental del sector.
No obstante, el EPRS estima que esta propuesta es incompatible con la demanda de productos animales y el sistema de producción actuales (en particular para la ganadería intensiva).