El índice de precios de los alimentos que elabora la FAO subió el pasado mes de enero un 2,1% respecto a diciembre y alcanzó su nivel más elevado desde febrero de 2015.
La subida se debió a un aumento repentino de las cotizaciones internacionales del azúcar y en los precios de exportación tanto de los cereales como de los aceites vegetales.
Los mercados de carne y productos lácteos se mantuvieron estables.