Este jueves, 23 de febrero, los apicultores valencianos han participado en una marcha desde el municipio Cuart de Poblet a la Conselleria de Agricultura, en Valencia, para protestar por la situación de este sector y pedir a la Generalitat que «no deje morir» a la apicultura y habilite ayudas.
En la «camionada» han participado alrededor de un centenar de camiones, furgonetas y coches particulares que han llegado a provocar cortes de tráfico en la avenida del Cid y en los alrededores de la Ciudad Administrativa 9 de Octubre. Tras la marcha se han concentrado frente a la sede de la Conselleria de Agricultura.
De hecho, uno de los manifestantes -un apicultor del municipio castellonense de Bejís, afectado el pasado por el incendio que arrasó la zona- ha vertido miel de su propiedad sobre su cuerpo para poner de manifiesto que prefiere perder la producción a venderla al precio actual.
A la protesta se han sumado todas las organizaciones profesionales agrarias y entidades relacionadas con el sector apícola de la Comunidad Valenciana -La Unió de Llauradors i Ramaders, AVA-ASAJA, ASAJA Alicante, UPA-PV, CCPV-COAG, ApiAds, La Osa, Arva y APAC-.
La apicultura valenciana «está agonizando»
Durante la movilización el sector ha advertido de que la apicultura valenciana «está agonizando» y ha reclamado un «apoyo real» por parte de la Administración autonómica y no «limosnas», ya que denuncian que la valenciana es la autonomía que menos ayudas ofrece al sector.
Los apicultores han pedido además subvenciones agroambientales a la biodiversidad «dignas», ayudas directas de 25 euros por colmena y han manifestado su negativa al acuerdo del Consell de la «pinyolà».
También han criticado que la apicultura trashumante esté excluida de las bonificaciones del gasóleo profesional y que el plan de viabilidad autonómico de la apicultura «lleve ya dos años en el cajón de los olvidos».
Los precios no cubren los costes
El responsable de la sectorial apícola AVA-ASAJA, Pascual del Valle, ha denunciado durante la protesta que la miel se está pagando a 3,20 euros el kilo, cuando el coste de producción es de una media de 4 euros, a lo que se suma el hecho de que no se haya dejado a los apicultores poner colmenas en el azahar.
El bajo precio de la miel, a pesar de la poca producción en España, lo atribuyen a la competencia del producto importado, sobre todo de China, una «pseudo-miel» con un etiquetado «poco riguroso».
Imágenes de la protesta
