El sector de aceite de oliva ve luces y sombras en las negociaciones con Mercosur. Responsables de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (ASOLIVA) apuntan a Brasil como un mercado con mucho potencial.
En los últimos quince años ha incrementado sus importaciones de forma considerable, hasta superar las 70.000 toneladas en las últimas campañas, de acuerdo con los datos del Consejo Oleícola Internacional (COI).
Las exportaciones españolas a ese país han rondado las 15.000 toneladas en las cuatro últimas, situándose entre los diez primeros destinos del aceite español en países terceros, según el Ministerio de Agricultura.
Sin embargo, preocupa el papel de Argentina, que desde hace tiempo intenta trabar y dificultar los envíos de aceite de oliva de la UE a los países de su entorno, en los que se está posicionando. Desde ASOLIVA precisan, por ejemplo, que ya nos ha cerrado prácticamente mercados como el chileno, además del suyo propio, y busca conseguirlo con otros países de América del Sur.
La producción argentina de aceite de oliva ha ido en aumento. En 2015/16 se estima en unas 25.000 toneladas, según el COI, aunque en 2011/12 superó las 30.000 toneladas. Sus exportaciones también han evolucionado al alza.
Si en la década de los 90 oscilaban entre las 4.000 y las 7.000 toneladas, en las últimas campañas han llegado a superar las 20.000 toneladas, aunque registran bastantes oscilaciones dependiendo de los años. Su primer destino suele ser Brasil, seguido de Estados Unidos, Uruguay, Chile, Ecuador y otros países de América del Sur.
La preocupación, por tanto, es que el acuerdo con Mercosur incluya barreras, arancelarias o no, a los envíos de aceite de oliva a esos países.