La superficie regada en España ha ido aumentando de forma moderada desde 2002 hasta alcanzar el año pasado los 3,6 millones de hectáreas, según el informe sobre regadíos elaborado por el Ministerio.
En cambio, el volumen de agua de riego utilizado en el sector agrario muestra una marcada tendencia a la baja, puesto que se redujo en cerca de 1.900 hectómetros cúbicos en 13 años. Esta mejora en el uso de los recursos se debe, según el Ministerio, a la modernización de los regadíos y el empleo de sistemas de riego más eficaces.