Los grandes ausentes de los debates: el campo, los agricultores y ganaderos, la PAC, el agua, la despoblación, la UE, Marruecos…

Por César Lumbreras

El campo, los intereses directos de los agricultores y ganaderos, la política agraria nacional y la PAC figuran entre los grandes asuntos que estuvieron ausentes de los dos debates electorales protagonizados por los candidatos del PP, Ciudadanos, PSOE y Unidas Podemos. Aquello que se podría denominar “lo rural” y todo lo relativo a la despoblación aparecieron de forma muy tangencial y, en la mayor parte de los casos, “metidos a capón” o sin venir a cuento. Este último hecho llama poderosamente la atención, a la vista de que durante los últimos meses todo lo relativo a la despoblación, la España vacía o vaciada, como se ha dado en llamar a este fenómeno, ha estado en el primer plano de la actualidad, especialmente a raíz de la manifestación que tuvo lugar en Madrid el 31 de marzo.

Otra de las conclusiones que se pueden extraer tras haber visto las casi cuatro horas que sumaron entre los dos debates es que la política del agua, de vital importancia para el conjunto de los ciudadanos españoles, y especialmente para los agricultores y ganaderos, no es una prioridad para los participantes en el mismo. Salvo error u omisión, no hubo referencias a la misma en esos 240 minutos de intercambio de pareceres.

Mención aparte merece todo lo relacionado con la UE y la política exterior de España. Cualquiera que haya escuchado los debates habrá sacado la conclusión de que nuestro país está solo en el mundo. No hubo alusiones ni intercambio de opiniones sobre el papel de España en la UE; la situación de la UE en estos momentos, aquejada de numerosos problemas; el Brexit, salvo por una mención del presidente del Gobierno a que había participado en una Cumbre Europea en la que se abordó este asunto; las relaciones exteriores de la UE y las nuestras… Tampoco hubo una sola alusión a los asuntos bilaterales de España con Estados Unidos, incluidos los problemas de carácter comercial, o con Marruecos, país del que depende en gran medida lo que suceda con la inmigración, porque si las autoridades de Rabat abren la mano España se vería “invadida”. En resumidas cuentas, que parece como si nuestro país estuviese solo en el mundo y no se viese afectado por lo que sucede por ahí fuera.

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