Las principales organizaciones agrarias francesas han calificado de «autismo» la actitud de los Ministerios de Transición Ecológica y de Agricultura respecto al problema de los ataques de lobos a la ganadería. En una carta al primer ministro galo, Edouard Philippe, vuelven a pedir que se permita a los ganaderos defender sus explotaciones y que dejen de adoptarse medidas para aumentar la población de lobos en el país.
La FNSEA (Federación Nacional de Sindicatos de Productores Agrarios), Jóvenes Agricultores, la FNO (Federación Nacional Ovina) y las Cámaras Agrarias critican en la carta el futuro plan del lobo 2018/2023 que prepara el Gobierno francés, cuyo objetivo es llegar a una población de 500 lobos al finalizar el mismo. Subrayan que con los 300 animales censados actualmente «los ganaderos de las zonas afectadas viven ya un verdadero infierno y están angustiados», con el temor siempre de nuevos ataques a sus rebaños.
Ponen de manifiesto el coste que suponen las medidas de protección de los rebaños e insisten, además, en el peligro que representa la presencia del lobo en zonas rurales turísticas, como subrayan también las autoridades locales.
«Este objetivo de 500 lobos -dicen- es una provocación y un verdadero desprecio a los agricultores y a las autoridades de los territorios rurales. Es incomprensible en un contexto de fuertes restricciones presupuestarias».
Las organizaciones piden a Philippe que tenga en cuenta las propuestas que presentaron el pasado mes de junio para abordar del problema y denuncian que los Ministerios de Transición Ecológica y de Agricultura, en lugar de eso, reducen cada vez más los medios de defensa de los ganaderos.
Aseguran que el lobo no es una especie en vías de desaparición (hay 150.000 censados en Europa y 350.000 en todo el mundo) y añaden que lo que sí peligra es un sistema de producción ganadera extensiva «que se inscribe plenamente en la agroecología respaldada por su Gobierno y por todos nuestros conciudadanos».