El escritor y periodista Sergio del Molino, autor de “la España vacía”, ha pronosticado que España avanza hacia un país sin pueblos y que muchas zonas rurales son irrecuperables actualmente.
No obstante, a su juicio se ha producido “un cambio en la sensibilidad” política exhibida en torno a la extinción del campo español. Un ejemplo de ello, es que las regiones que más sufren la despoblación están avanzando en la política de financiación autonómica.
En la última Conferencia de Presidentes Autonómicos, las regiones tradicionalmente más débiles se hicieron fuertes, “lograron arrancar un compromiso histórico al Gobierno, como el propio modelo de sostenimiento económico”, afirmó.
Según Del Molino, este sistema económico de las comunidades se ha convertido “en una negociación y confrontación política en la que ganan los más fuertes”. Asimismo, ha señalado que los poderes públicos no están dando prioridad a la destrucción de la población y al futuro de los pueblos pequeños y, por ello, les culpabiliza del declive rural.
Los poderes públicos no están dando prioridad a la destrucción de la población y al futuro de los pueblos pequeños
“Al no haber un tejido económico que sustente el campo, se quitan servicios e impide a su vez el retorno de negocios que pudieran reactivarlos”, afirmó el escritor. Este hecho genera una espiral que culmina en la despoblación absoluta.
A su juicio, algunos de los problemas de despoblamiento parten de que el Estado “hoy por hoy no es capaz de garantizar servicios públicos de calidad a los municipios”. A su vez, las diputaciones provinciales y las comarcas también contribuyen a esta situación, “al no responder a criterios de sufragio universal, que general oscurantismo y dificultades en su gestión interna», indicó.
Por otra parte, Del Molino ha señalado que las normativas europeas y españolas que rigen las operaciones de regreso empresarial y que no están pensadas para pequeños negocios, también contribuyen a esta situación. Los programas de Relaciones entre Actividades de Desarrollo de la Economía Rural (Leader) y los Fondos Económicos de Desarrollo Regional (Feder) tampoco funcionan por ser “soluciones globales” en vez de acercarse a la realidad de los pueblos.