Peticiones a Hogan ante las bacterias que amenazan a los cultivos leñosos mediterráneos

Las dificultades que plantea la lucha contra bacterias como el «greening» de los cítricos o la Xylella fastidiosa, basada en métodos paliativos, podría llevar al «al arranque o abandono de gran parte de los cítricos, olivar y frutales cultivados en los países mediterráneos, que en muchos casos son parcelas pequeñas o medianas en manos de pequeños agricultores», una «circunstancia que supondría un desastre en muchas comarcas de nuestro territorio».

Esta es la advertencia que la Fundación Savia hace al comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, en una carta en la que añade que a las pérdidas económicas derivadas de la muerte de los árboles y la disminución de la producción hay que sumar otras  «socioeconómicas derivadas de la pérdida de jornales de producción, recolección y manipulación».

Ante esta situación, la citada Fundación pide al comisario que «se refuercen los aspectos relacionados con los controles de material vegetal de países con dichas enfermedades, la importación en Europa de frutas y de cítricos de países de origen que tengan esta enfermedad, establezca partidas para la coordinación entre administraciones y países para el control y la erradicación de las citadas bacterias y sus vectores». También reclama «medidas urgentes de investigación y transferencias de un modo coordinado entre los distintos países europeos productores de estos cultivos mediterráneos así como otros del área de influencia, para establecer programas de control sostenible de los vectores y bacterias trasmitidas».

En la carta pone de manifiesto que, aunque la bacteria que provoca el «greening» de los cítricos no se ha detectado aún en Europa, sí está presente su vector desde el otoño de 2014 en el noroeste de la Península Ibérica y en Portugal, cerca de importantes zonas productoras tanto de ese país (Alentejo y Algarve) como de España (Huelva). Recuerda asimismo los daños que está provocando la Xylella en Italia, Francia y España, «poniendo en riesgo cultivos centenarios de olivos, vid y frutales de la Unión Europea».

Sus responsables subrayan que en ninguno de los dos casos «se dispone de material vegetal resistente a dichas enfermedades, al igual que ningún tratamiento curativo de las mismas. Las medidas de lucha se basan en la reducción de la población del vector con tratamientos insecticidas, la eliminación del inóculo mediante el arranque y quema de los árboles infectados y la propagación de material vegetal sano para la reposición de los árboles arrancados y el establecimiento de nuevas plantaciones. Todas medidas paliativas, pero no resuelven el problema».

La Fundación pone de manifiesto asimismo la presión que ejercen las importaciones de «otros países productores de la cuenca mediterránea, así como de países de otras latitudes, con costes de producción muy inferiores y normativas fitosanitarias mucho más laxas que la europea, así como menores derechos sociales y seguridad alimentaria». Por último, invita al comisario a conocer la situación sobre el terreno visitando zonas dañadas.

La Fundación Savia es una asociación sin ánimo de lucro que, entre otras cosas, defiende el mantenimiento de una agricultura y ganadería sostenibles, que contribuyan a mantener el territorio y la biodiversidad y permitan evitar el despoblamiento de las zonas rurales.

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