La organización agraria COAG ha hecho el balance del año agrario de 2023. En su opinión, los efectos del cambio climático y la burocracia de la Política Agraria Común (PAC) han condicionado la actividad agrícola y ganadera de este año «que ha quedado marcado por la inestabilidad y la incertidumbre».
Para esta organización, los cerealistas han sido los grandes perdedores del año en el campo español, con severos recortes en la cosecha por culpa de la sequía, (hasta el 80%) y un desplome de los precios del 24%. Por su parte, la producción vegetal descendió un 3,4%, debido a caída en el volumen producido (-11,7%), contrarrestada en parte por la subida de las cotizaciones (+9,4%).
No obstante, el comportamiento ha sido desigual por sectores y mientras las caídas de producción se han situado en sectores como aceite de oliva (-59%), cereales (-35%) o vino y mosto (-21%), en precios se ha dado incremento en aceite de oliva (+71%), plantas forrajeras (+36%), frutas (+13%), hortalizas (+9,5%) y patata (+7%).
La ganadería también se ha visto fuertemente afectada por la sequía al encontrarse los pastos de primavera totalmente perdidos, provocando un fuerte aumento de los precios del forraje, según el análisis de la organización.
De esta manera, la producción ganadera ha incrementado el valor un 13,4% debido al aumento de los precios en un 16,3%, mientras que el volumen producido ha descendido un 2,5% respecto a 2022.
Renta agraria
En el balance la organización alude al ascenso del 5,5% la renta agraria en términos reales durante el año 2023 respecto a 2022, según la primera estimación de la renta agraria publicada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Al respecto, indica que en comparación con la media de los últimos cinco años (2019-2023), la renta agraria se encuentra un 1,1% más alta, pero que si se observa la evolución en términos reales desde 2003 se puede concluir que en 20 años el sector ha perdido un 15% de la renta agraria.
PAC
Respecto a la PAC del periodo 2023-2027, COAG ha indicado que «incrementa de una forma desmesurada la complejidad regulatoria y las exigencias aplicables a la actividad agraria, constituyendo por sí mismas un impedimento para la viabilidad de la agricultura profesional e independiente constituida fundamentalmente por microempresas».
«Esta nueva normativa en vigor ya afecta de forma importante y preocupante a la gestión de las explotaciones y las prácticas agrarias, a la vez que implica multiplicar las exigencias burocráticas y mayores costes. Existe el riesgo de alcanzar un colapso administrativo en el campo si la gestión se sigue complicando», ha aseverado COAG.
Sobre el plan Estratégico de la PAC ha indicado que resulta «decepcionante» y que «España ha desaprovechado el amplio margen de actuación que tiene para respaldar el modelo profesional y social agrario».
Retroceso del número de empleos en el sector
Finalmente, COAG recoge en su análisis el retroceso del número de empleos en el sector (un 5,5% menos en 2023 frente a 2022) y apunta que, entre otras cuestiones, «el impacto de los daños climáticos sobre las producciones que han derivado en una menor necesidad de mano de obra».
«El número de unidades de trabajo agrario en el sector está un 6,6% por debajo de la media de los últimos cinco años, lo que acentúa la significativa pérdida de activos en 20 años», ha concluido la organización.