La balanza comercial española del sector lácteo ha sido tradicionalmente negativa, aunque ha habido períodos en los que ha disminuido la dependencia del exterior. Sin embargo, en 2023 la diferencia entre importaciones y exportaciones empeoró respecto a 2022, año en el que el resultado negativo ya había aumentado comparado con los previos. De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Agricultura, en 2023 las importaciones crecieron apenas un 1% respecto al año anterior, pero las exportaciones registraron una caída del 15%.
Estas últimas se situaron en 1,23 millones de toneladas de equivalente en leche, frente a los 1,45 millones de 2022 y los 1,55 millones de 2021. Al descenso contribuyeron los productos con mayor peso en las exportaciones españolas de productos lácteos, como la mantequilla, los quesos o la nata. En cuanto a las importaciones, pasaron de 2,92 millones de toneladas de equivalente en leche en 2021 a 3,46 millones en 2022 y a 3,50 millones en 2023. El año pasado aumentaron principalmente las de leche en polvo y leche líquida, así como las de leche fermentada.
Considerando los intercambios en valor, la facturación por las exportaciones creció en 2023 un 7,9% respecto a 2022 mientras que el de las importaciones aumentó en un 7,9%, lo que da cuenta de un incremento significativo de los precios.
