Una jueza de Pensilvania (Estados Unidos) ha reducido de 2.250 millones de dólares (unos 2.070 millones de euros) a 400 millones (370 millones de euros) una condena impuesta a la farmacéutica alemana Bayer por el herbicida Roundup. Según informan los medios alemanes, la jueza Susan Schulman ha aceptado algunas de las objeciones de Bayer y ha reducido la cuantía a pagar hasta los 50 millones de dólares como daños compensatorios y 350 por los punitivos.
Cabe recordar que en enero un tribunal de Pensilvania falló a favor de un antiguo usuario de Roundup, después de que éste alegara que había desarrollado un cáncer por la exposición prolongada a este herbicida, que contiene glifosato y fue desarrollado por Monsanto -compañía que la germana adquirió en 2018.
El tribunal condenó entonces a la farmacéutica alemana a pagar una indemnización de 250 millones de dólares y una multa de 2.000 millones por daños punitivos, lo que dio lugar a la mayor compensación hasta el momento por el empleo de este químico.
Tras la reducción de esta indemnización, Bayer se ha mostrado satisfecha, pero ha confirmado su intención de apelar ante el Tribunal Superior de Pensilvania, ya que alegan que el proceso estuvo marcado «por graves errores que pueden y deben corregirse».
«Ninguna autoridad reguladora que haya evaluado de forma independiente el glifosato lo ha considerado cancerígeno»
Se ha mantenido firme, además, en su apoyo al herbicida: «La empresa respalda a Roundup y al abrumador peso de la investigación científica. Ninguna autoridad reguladora que haya evaluado de forma independiente el glifosato lo ha considerado cancerígeno».
La adquisición de Monsanto por 63.000 millones de dólares ha llevado a la farmacéutica alemana a hacer frente a múltiples reclamaciones legales. En Estados Unidos se han presentado un total de 165.000 demandas contra Monsanto, de las cuales gran parte han sido neutralizadas por Bayer en acuerdos de hasta 9.600 millones de dólares. No obstante, aún le quedan por resolver más de 50.000 reclamaciones.
Las demandas contra Monsanto se desencadenaron en 2015 después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelase que el glifosato, el ingrediente principal en Roundup, podría ser cancerígeno.