Los agricultores europeos agrupados en el COPA-COGECA han expresado su oposición a los planes de supresión gradual de los biocombustibles convencionales para después de 2020, puesto que consideran que supondría un incremento del uso de los combustibles fósiles y de las emisiones de carbono, además de reducir «sumamente el aprovisionamiento de piensos».
Los biocombustibles convencionales deben mantener su cuota del 7% hasta 2030, para “que podamos alcanzar nuestros objetivos referente al cambio climático y seguir por la vía del crecimiento y la creación de empleo en las zonas rurales de la UE”.
Los productores europeos recordaron que los biocombustibles convencionales ayudan a reducir la volatilidad en los mercados de las materias primas agrícolas así como el uso de los combustibles fósiles, menos respetuosos del medio ambiente que los convencionales».
Esta declaración se inscribe en el marco de los planes de reforma de la directiva relativa a la energía renovable, prevista para el 30 de noviembre.
Desde Bruselas, el Secretario general del Copa y de la Cogeca, Pekka Pesonen, ha declarado que «La Comisión de la UE está pensando en reducir sustancialmente la proporción de biocombustibles convencionales en los combustibles del transporte para 2030.
También está pensando en incrementar a partir de 2021 el objetivo para los biocombustibles avanzados. Pero esta medida, a su juicio, no es realista, porque “los biocombustibles siguen estando en los albores de su desarrollo y aún no son comercialmente viables».
«Reducir el objetivo de producción también pondría en peligro los abastecimientos de piensos de calidad, que contribuyen a la reducción del déficit de proteínas de la UE, ya que parte de la colza, el trigo, el maíz y la remolacha se utilizan para producir biodiesel o bioetanol y el resto se usa para la elaboración de piensos.
El mercado de los biocombustibles proporciona a los productores una forma de diversificar sus cultivos, así como una fuente de ingresos alternativa a la producción de alimentos de calidad para abastecer una población cada vez mayor.
Esto es fundamental debido a su bajo nivel de renta, particularmente ahora, cuando los precios de los cereales están a muy bajo nivel y con excedentes en el mercado.
El precio de mercado de los cereales ha bajado un 40% durante los últimos tres años, lo cual demuestra que no hay correlación con la política de biocombustibles de primera generación, según Pesonen.
Además, poner fin a las ayudas de la UE a los biocombustibles convencionales reduciría la producción de colza debido a la escasez de aceite de colza en el mercado.