Con motivo del Día Mundial de la Biodiversidad la Universidad de las Islas Baleares ha destacado el papel de los campos de algarrobos, que apenas exigen cuidados, para conservar el paisaje y la biodiversidad del Mediterráneo.
Según el profesor de Botánica y Biología de esta Universidad, Joan Rita, el uso de cultivos extensivos de algarrobo, en coexistencia con zonas de vegetación natural, suele atraer los picos de mayor diversidad.
«Todo lo que sea conservar el cultivo de algarrobo, de alguna manera sirve para mantener el paisaje del mediterráneo», ha añadido Rita, quien también ha criticado el abandono de campos agrícolas, convertidos en zonas forestales con pocas condiciones para vida.
«Cuando se abandonan estos campos, tienden a volverse un matorral e incluso a veces un bosque. Y lo que pasa cuando se deja evolucionar el paisaje sin control es que se vuelve más monótono, mientras que si alternas cultivos extensivos con zonas de vegetación natural entonces generas heterogeneidad y favoreces a la biodiversidad«, ha señalado.
«El paisaje del Mediterráneo no se entiende sin este árbol»
En cuanto a qué crece y cohabita junto a los algarrobos, Rita ha explicado que depende de la gestión que se haga del terreno aledaño, aunque ha destacado que «las amapolas son muy típicas de estas zonas, así como las plantas del grupo de las crucíferas, de las compuestas o incluso las leguminosas».
Por su parte, Miguel Pérez, impulsor del proyecto Ibiza Carob Company y del relanzamiento de la recogida de la algarroba autóctona de Ibiza para la elaboración de productos ecológicos, ha señalado que «el paisaje del Mediterráneo no se entiende sin este árbol y el hecho de que ahora se esté recuperando para su uso comercial, es una gran noticia para el futuro de la vida natural de Baleares, Murcia o la Comunidad Valenciana».
