En un reciente informe sobre la viabilidad técnica y económica de introducir la identificación electrónica obligatoria en los bovinos en toda la UE, la Comisión Europea estima que, por el momento, no hay motivos para presentar una propuesta legislativa dirigida a hacer que el sistema sea obligatorio.
El sistema actual de identificación electrónica de los bovinos debe seguir siendo voluntario, según la conclusión de la Comisión. Bruselas admite que recurrir a sistemas de identificación electrónica permitiría racionalizar los procesos de trazabilidad al automatizar la lectura y el registro que deben llevar los operadores que tienen bovinos, así como mejorar la gestión de ciertos pagos directos a los ganaderos.
Sin embargo, los Estados miembros son reticentes a que se generalice. En su mayoría, consideran que las reglas actuales son satisfactorias.
En enero de 2023 la Comisión invitó a los Estados miembros a responder a una breve encuesta para determinar el alcance de la identificación electrónica de los bovinos. El resultado fue que en 20 países la utilización de la identificación electrónica es voluntaria. El uso de estos dispositivos en bovinos en los Estados miembros en los que es voluntario varía del 0% al 100%.
En la mitad de esos países, menos del 1% de los operadores utilizan la identificación electrónica para sus animales. En algunos hay un nivel elevado de uso debido principalmente a la industria, bien sea por subvenciones o bien por la demanda de animales identificados electrónicamente por parte de operadores, como los de la industria cárnica o lechera.
Situaciones muy diversas
La encuesta de la Comisión Europea muestra también que el 37% de los Estados miembros aplica o aplicará la identificación electrónica obligatoria de los bovinos en todo su territorio, o en una parte del mismo, en el marco de la normativa actual. Por otro lado, la identificación electrónica se aplica a toda la población bovina o a una parte considerable de la misma en ciertos países donde su uso es voluntario (43% en Bélgica, 25% en Estonia, 22% en Italia, 15% en Alemania, 6% en Francia).
El informe recuerda que, en virtud de las normas actuales, la autoridad competente de cada Estado miembro puede autorizar la utilización de la identificación electrónica de los bovinos de forma voluntaria o definir reglas nacionales sobre su uso obligatorio.
Estas reglas se han aplicado de manera eficaz desde 2014 y se revisaron y aprobaron de nuevo en colaboración con los Estados miembros cuando se elaboró el reglamento delegado de 2019, en el contexto del nuevo marco jurídico relativo a la sanidad animal.