Un año después de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, varios eurodiputados reunidos en la Comisión de Agricultura expresaron sus temores de que la situación se agrave en 2022, una que vez se pongan en marcha íntegramente los procedimientos arancelarios y sanitarios post-Brexit. Sobre todo si Bruselas y Londres no finalizan a tiempo sus discusiones en relación a la digitalización de los certificados sanitarios. Otro aspecto preocupante es el de las consecuencias ligadas a los acuerdos de libre comercio concluidos por Londres, que podrían obstaculizar la competitividad del sector de vacuno en el mercado británico.
En el marco de la audición pública sobre el impacto del Brexit para los mercados agrícolas europeos, varios eurodiputados de la Comisión de Agricultura (Comagri) mostraron su preocupación por las importantes consecuencias que podría tener en los sectores agrícolas europeos la puesta en marcha efectiva por parte del Reino Unido de la exigencia de pre-notificación de las importaciones agroalimentarias el 1 de enero de 2022 y de los certificados fitosanitarios el 1 de julio de 2022.
En caso de que no haya reconocimiento mutuo de las formalidades administrativas aduaneras, pero también sobre el ámbito sanitario y fitosanitario con un acuerdo veterinario, los eurodiputados advirtieron que el impacto del Brexit será bastante más importante que en 2021 (considerado como un año de transición ya que Londres decidió en septiembre aplazar la introducción de controles completos en las fronteras) con el riesgo de un aumento de retrasos de suministros, por ejemplo, en carnes frescas.
Digitalización
Además, estimaron que es crucial acelerar la digitalización de los certificados sanitarios con el fin de limitar al máximo los retrasos de los suministros de los productos alimentarios perecederos y así contener el aumento de los costes. Sobre este punto, Paul Kally, director de Food Drink Irlande, invitado por la Comagri para participar en el debate, subrayó que “es urgente digitalizar más ya que las normas SPS no están adaptadas a los volúmenes de productos perecederos”. Además, precisó que “ambas partes siguen negociando para incorporar formalmente una certificación electrónica, como muy tarde para el 1 de julio de 2022”.
Otro aspecto importante explicó, “es la equiparación del sistema de etiquetado que podría provocar ciertas dificultades si el Reino Unido decide no crear un etiquetado en la portada de los envases como el que propone la estrategia europea “De la Granja a la mesa”.
Acuerdos comerciales
Algunos eurodiputados se mostraron también preocupados por el impacto negativo de los acuerdos comerciales concluidos por el Reino Unido, principalmente en relación no solo con el respeto de las normas sanitarias de producción, sino también con las normas del bienestar animal. Según Tim Cullinan, presidente de la Asociación de Agricultores Irlandeses (IFA), “si el Reino Unido concluye un acuerdo de libre comercio con el bloque de Mercosur, esto sería muy preocupante para el sector de la carne de carne de vacuno irlandesa. Además de los acuerdos firmados con Australia y Nueva Zelanda, esta perspectiva podría privar al sector del acceso al mercado británico, algo que sería dramático”.
Respecto a estos riesgos, Knud Buhl, miembro de la Unión Europea del Comercio del Ganado y de la Carne (UECBV) y del Comité Europeo del Comercio Agrícola y Agroalimentario (CELCAA), estimó que “aún es muy pronto para evaluar el conjunto de las consecuencias del Brexit en los mercados agrícolas europeos, habrá que esperar a la aplicación completa de las exigencias arancelarias y sanitarias por parte del Reino Unido”.
Burocracia excesiva
En vísperas de esta audición, la oficina de los sindicatos agrícolas británicos en Bruselas (BAB) difundió una nota de comunicación en la que se destacaba que, “durante el período que va de enero a septiembre de 2021, el comercio disminuyó en ambos sentidos, pero de una manera más acusada desde el Reino Unido hacia la UE, ya que los comerciantes se han adaptado a los controles aduaneros y SPS requeridos por el Acuerdo Comercial y de Cooperación concluido a finales de 2020”.
Durante ese período, las exportaciones agroalimentarias británicas hacia la UE disminuyeron un 21,5% con respecto a 2019, mientras que los envíos en el otro sentido bajaron un 14%.
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