Sigue sin haber una decisión sobre la renovación de la autorización del glifosato en la Unión Europea.
La Comisión Europea, que finalmente ha propuesto la renovación por un período de nueve años, renunció a someter la medida a votación de los expertos de los Estados miembros en la reunión del Comité Permanente Fitosanitario celebrada esta semana.
Su proyecto contempla algunas restricciones de uso para el herbicida y el compromiso de retirarlo inmediatamente si el estudio que debe publicar el próximo año la Agencia Europea de Productos Químicos lo considera peligroso.
A pesar de ello, no hay una mayoría cualificada suficiente ni a favor ni en contra de la propuesta.
Bruselas baraja ahora dos opciones. Una sería prorrogar la autorización actual, que expira el próximo 30 de junio, por un período de seis meses, con el fin de continuar con las negociaciones.
La otra, por la que se inclina la Comisión, es no prorrogarla con el fin de presionar a los Estados miembros que se abstienen en este asunto a adoptar una posición a favor o en contra.
En este último caso, si no hay una decisión por parte de los Estados miembros, el glifosato dejaría de estar autorizado a partir del 1 de julio y los Estados miembros tendrían que retirar las autorizaciones a todos los productos elaborados a base de este herbicida.
