Tailandia disfrutará este año de una buena cosecha de arroz y suficiente lluvia, según ha augurado la Ceremonia del Arado Real, un antiguo ritual hindú que se celebra antes de la siembra para pronosticar la producción y la cantidad de las precipitaciones, y que tuvo lugar esta semana en Bangkok.
Encabezados por sacerdotes brahmánicos vestidos de blanco, dos bueyes albinos arrastraron un arado en una parcela de tierra en la plaza de Sanam Luang, cerca del Gran Palacio Real.
El secretario permanente del Ministerio de Agricultura, Anan Suwannrat, que oficiaba de maestro de ceremonias o «señor de la cosecha», iba tirando semillas de arroz emulando la siembra antes del monzón.
Posteriormente, se obsequió a los bueyes con siete cuencos con arroz, heno, agua, maíz, sésamo, soja y licor. Estos animales eligieron comer de los tres primeros, lo que llevó a los sacerdotes a predecir buenas cosechas, abundancia de comida y lluvia suficiente.
Otro de los momentos claves de la Ceremonia del Arado Real fue cuando el secretario de Agricultura escogió al azar, entre tres tipos de telas, la que vaticina una producción óptima de arroz y precipitaciones moderadas.
Antes de clausurar la ceremonia, los sacerdotes soplaron unas caracolas mientras retiraban las estatuas de deidades hindúes, incluido el dios-elefante Ganesha y Laksmi, la diosa de la prosperidad y consorte de Vishnu.
Origen y relevancia de la ceremonia
Según el investigador de la Universidad de Thammasat en Bangkok, Asa Kumpha, el origen de este ritual nació en India y luego se extendió por el Sudeste Asiático, donde actualmente también se celebra en Camboya.
La Ceremonia del Arado Real refleja la importancia de la agricultura como sector económico y el influjo hindú en Tailandia que normalmente va unido al budismo, la religión mayoritaria.
En este país se dejó de celebrar bajo el reinado de Chulalongkorn (1853-1910) y se reinstauró en 1950 gracias al rey Bhumibol Adulyadej .
