La primera cosecha legal de cannabis de Marruecos fue de 294 toneladas métricas en 2023, después de que el país aprobara su cultivo y exportación para usos medicinales e industriales, según ha informado la Agencia Nacional para la Regulación de las Actividades Cannábicas (ANRAC).
En total, han participado unas 32 cooperativas que reunieron a 430 agricultores que cubren 277 hectáreas en las zonas montañosas del norte del Rif de Alhucemas, Taunat y Chauen.
Según la agencia de la ONU, unas 47.000 hectáreas del Rif se dedican a la producción de cannabis, aproximadamente un tercio de la cantidad que había en 2003 tras las medidas del gobierno.
Este año, el organismo regulador está examinando las solicitudes de 1.500 agricultores que se han organizado en 130 cooperativas, según la ANRAC. El cultivo de la variedad autóctona local, conocida como Beldia, resistente a la sequía, comenzó este mes.
Aunque Marruecos es un gran productor de cannabis, oficialmente su consumo con fines recreativos es ilegal. En la práctica, se tolera. Casi un millón de personas viven en zonas del norte de Marruecos donde el cannabis es la principal actividad económica.
La legalización pretende mejorar los ingresos de los agricultores y protegerlos de los narcotraficantes que dominan el comercio del cannabis y lo exportan ilegalmente.
Hasta ahora, dos unidades legales de transformación de cannabis han estado operando y otras dos están a la espera de equipamiento, mientras que 15 productos de cannabis están en proceso de ser autorizados para uso medicinal, informó la ANRAC.
Marruecos también intenta aprovechar el creciente mercado mundial de cannabis legal, y el año pasado concedió 54 permisos de exportación.
