Hay un refrán que dice: “Qué fácil es capar en huevos de otro”. Y no encuentro paralelismo que mejor describa la situación que están viviendo los afectados por el Plan de Erradicación contra la plaga de la Xylella Fastidiosa que está aplicando la Conselleria de Agricultura y que está teniendo consecuencias nefastas para el territorio, los agricultores y los ciudadanos de Alicante.
Y es que, qué fácil es opinar, encontrar soluciones y sacrificar a los demás cuando a ti el asunto no te toca nada. Tanto la Conselleria de Agricultura como el resto de organizaciones del sector agrario con sede en Valencia, han apostado y tomado la decisión de acabar con la Xylella a costa de sacrificar todos los almendros de secano del norte de la provincia. Y lo han hecho porque no son afectados directos. Presumo que otra cosa muy distinta y más apoyo tendríamos si el cultivo afectado, en lugar de ser almendros, fueran cítricos. Sin embargo, para Alicante el almendro de secano es pilar básico para muchos territorios y familias que tienen en este cultivo su sustento laboral y económico. Muchos pueblos viven de un turismo atraído por la explosiva floración de este árbol que se produce en primavera y entorno a la que giran las principales actividades de nuestros enclaves de interior, como las rutas, la restauración, las actividades al aire libre, los hoteles rurales…
La Xylella Fastidiosa afecta ya a 1.250 hectáreas en tres comarcas
A estas alturas de la película, con seis focos publicados, ya ha quedado patente que no nos encontramos ante casos aislados. La Xylella Fastidiosa afecta ya a 1.250 hectáreas en tres comarcas, donde por el plan de Erradicación de la Conselleria se van a arrancar 35.000 árboles, lo que supone uno de cada cuatro de la provincia o, lo que es lo mismo, el 30% de las parcelas de la Marina Alta (sobre todo Xaló), la Marina Baixa y El Comtat. Todo ello, sin tener la mínima certeza de que con todas estas medidas de erradicación haya garantía de que se esté controlando la plaga. El Plan de Erradicación es innecesario, ineficaz y un atentado medioambiental.
Un Plan de Contención riguroso y con el apoyo del agricultor afectado evita la propagación de la plaga. No es necesario destruir el 100% del almendro de secano en las tres comarcas. La contención está funcionando en otros países y continentes donde hace años que existe la Xylella. El problema viene por intereses económicos, dado que para la contención no hay fondos europeos y el peso del sector viverista se vería afectado si pasamos a una estrategia de contención. La parte más débil económicamente es la que han decidido sacrificar: los agricultores, como siempre.
Recientemente he tenido que leer en medios de comunicación cómo el representante de la organización agraria La Unió de Llauradors en la Marina Baixa, Josep Antoni Ferri, nos acusa falsamente por coacción. Ante este teatro, me inclino a pensar que lo único que pretenden es contaminar y desviar la atención del único asunto que a ASAJA y a los afectados nos interesa, que es detener el arranque de los árboles sanos y la masacre paisajística y económica que se está cometiendo en la zona. Aún no se ha enterado de que ellos no son las víctimas de esta situación. Las únicas víctimas de esta crisis de sanidad vegetal son los agricultores a los que arrancan, trituran los almendros y les quitan su medio de vida.
Las únicas víctimas de esta crisis de sanidad vegetal son los agricultores a los que arrancan, trituran los almendros y les quitan su medio de vida
Desde ASAJA somos conscientes de que nos enfrentamos a momentos difíciles. Que defender a los agricultores de la zona y abogar por un plan de contención nos está sirviendo para labrarnos enemigos con el poder y determinadas esferas políticas que nos señalan con el dedo públicamente por el mero hecho de cuestionar la versión oficial. No hay ni un solo caso en el mundo en el cual la erradicación haya tenido éxito ¿Por qué aquí nos la quieren imponer?
Pero señores políticos, defender al agricultor, al paisaje y a nuestra agricultura es nuestra única razón de ser. El camino más largo es quedarse parado. Somos fieles a nuestros principios, le pese a quien le pese, y llegaremos hasta donde haga falta por defender una causa que creemos que es la más justa y sensata, que no es otra, reitero, que no arrancar los árboles sanos simplemente por estar dentro del perímetro demarcado. Porque creemos y está avalado por técnicos expertos que hay otras soluciones menos agresivas, invasivas y dañinas, como la contención, el estudio y la experimentación… llegando a convivir con esta plaga, como hacemos con muchas otras.
Desde ASAJA abogamos por que escuchen a los afectados, haya colaboración con la Administración y se reestablezca el diálogo. Este es el único camino. El hecho de contar con el apoyo agricultor-Administración para evitar la propagación de la plaga es vital. No pueden acabar con la Xylella con el agricultor en contra, porque será contraproducente. En consecuencia, es necesario revisar el Plan de Contingencia porque la erradicación es una tomadura de pelo.
Si las organizaciones agrarias no defendemos a los agricultores y al territorio, ¿qué hacemos aquí? ¿dónde queda nuestra función? De hacer lo contrario no tendríamos sentido de ser. Todavía creo en mirar a los ojos y creo menos en protocolos elaborados por personas en despachos que no han pisado el campo y que están influenciados por lobbistas.