A/AT. D. César Lumbreras:
Estimado Sr. Lumbreras, según la conversación mantenida por mi padre con usted en el 40 aniversario de ASAJA Sevilla, paso a contarle la situación en que, como joven que pretende ser agricultor me encuentro, y que entiendo se trata de una traba infranqueable al renuevo generacional pretendido por la Administración.
Esta situación por desgracia no es única, conozco más jóvenes como yo, aunque en esta ocasión alzo la voz en nombre propio pero en representación de todos.
Soy un joven menor de 25 años que participo en las tareas de la explotación familiar desde que recuerdo y tengo uso de razón. Por ello tengo conocimientos prácticos en cítricos, frutales de hueso, horticultura, olivicultura, cultivo de algodón, maíz, etc.
Tras estos años de experiencias en los que aprendía “jugando” a ser mayor, decido con la edad hacerme mayor de verdad e independizarme como agricultor
He pasado mi infancia junto a mi padre manejando maquinarias agrícolas, sembradoras y tractores, ayudándole en la medida que me era posible en los riegos, mejorando las instalaciones e implantando las nuevas tecnologías de ahorro de agua y energético que los nuevos tiempos imponen.
Tras estos años de experiencias en los que aprendía “jugando” a ser mayor, decido con la edad hacerme mayor de verdad e independizarme como agricultor, la gran profesión con la que disfrutaba desde niño y que soñé que algún día poder ejercer.
Pues bien, ya estamos en el presente y decido dar el salto, me quiero independizar. Para ello lo principal es la formación y completo ocho módulos de formación teórica en el centro del IFAPA de Los Palacios (Sevilla) entre otros, para completar la sobrada experiencia que tengo desde hace más de 15 años ayudando a la explotación familiar.
Empiezo a buscar tierras en arrendamiento y me encuentro con que la gran mayoría se encuentra en manos de viejos agricultores, ya jubilados, que siguen explotando tierras y cobrando la PAC
Es ahora cuando aparece el gran problema, para ser agricultor es necesario tener una base territorial, empiezo a buscar tierras en arrendamiento y me encuentro con que la gran mayoría se encuentra en manos de viejos agricultores, ya jubilados, que siguen explotando tierras y cobrando la PAC y no dejan espacio a los nuevos agricultores.
Estos viejos agricultores siembran los cultivos justos para cobrar las subvenciones, sin hacerles ningún tipo de mantenimiento durante el año que después ni se molestan en recolectarlos, teniendo el mismo derecho que cualquier agricultor en activo. No generan empleos ni riquezas en el entorno rural, y que además en muchos casos han sido capaces de burlar a la administración (no me explico cómo), para cobrar la pensión de jubilación a la vez que explotan las fincas abandonadas a nombres de terceros, que no tienen ningún tipo de relación con la actividad agraria, y cobran las ayudas y subvenciones que en un principio fueron creadas para la mejora de la competitividad del campo andaluz.
Estos “señores mayores” son los que acaparan y mantienen las explotaciones infrautilizadas, que acaparan derechos obtenidos antaño, que además son jubilados y han dejado de cotizar a la Seguridad Social y, por tanto, no ayudan a mantener las arcas para las pensiones del futuro.
Estos “señores mayores” son hoy en día el principal obstáculo que los jóvenes agricultores nos encontramos a la hora de acceder a una finca para poder ejercer con la soñada profesión de agricultor, pero es además el único obstáculo que la Administración no parece tener en cuenta a la hora de aportar soluciones.
Por último, Sr. Lumbreras, solo me queda agradecerle se haya dignado a escuchar mi problema, pero que además, le reitero, es de muchos jóvenes que no podemos ser agricultores. Esperando y deseando le pueda Uds. dar la repercusión mediática que considere oportuna.
Sin otro particular:
Álvaro Aguilera Ríos