Los precios de los cereales no han dejado de subir desde mediados del mes de octubre en las principales lonjas nacionales, sobre todo el de la cebada. Desde entonces, en la mayoría de lonjas con mesa de cereales de Castilla y León las subidas acumuladas de este grano se sitúan en torno al 6%.
Por un lado, en la lonja de Zamora la cebada cotizó esta semana a 182 euros por tonelada, en León a 183 y en Salamanca a 188 euros/tonelada.
Por otro lado, en el resto de mercados nacionales, en general, este cereal también subió: en Zaragoza se paga entre 182 euros (peso específico 60-64) y 200 euros (maltería); y en Córdoba acumuló un repunte de 8 euros -alcanzó los 192 euros/tonelada-, pero hay que recordar que se celebra cada dos semanas.
Resto de cereales
Sin embargo, las subidas no solo se han producido en la cebada. Este es el comportamiento que han seguido las cotizaciones de los cereales en general desde hace seis semanas, a excepción del maíz, que ha vuelto a repetir.
En la Lonja del Ebro (Zaragoza) también repuntaron los precios del trigo (+2 euros por tonelada): el trigo duro (peso específico menor de 77) cotiza a 202 euros, mientras que los blandos se sitúan entre 202 y 224 euros/tonelada. En Salamanca el trigo blando se paga a 192 euros, mientras que en Zamora el precio de este cereal está en 184 euros.
En lo que respecta al maíz, el precio se ha mantenido sin cambios en todas las lonjas españolas. En Zaragoza repite entre 169 euros (grano húmedo) y 185 euros (grano seco); en Salamanca y León a 182 euros; en Zamora a 181 euros; en Córdoba a 175 euros; y en Albacete a 174 euros/tonelada.
Suben los precios de los forrajes
La grave sequía que ha sufrido el centro y norte de Europa ha incrementado notablemente las exportaciones de alfalfa hacia esos destinos, lo que a su vez está repercutiendo en un alza de precios en nuestro país en todos los forrajes, sobre todo la alfalfa.
Según la Lonja Agropecuaria de León, en esta provincia se dedica una superficie de algo más de 12.000 hectáreas a este forraje, de las cuales 5.066 hectáreas son de secano y 6.968 hectáreas de regadío. En cuanto a rendimientos se puede considerar un año con una producción media-alta.
Por un lado, en secano, las lluvias de primavera se alargaron hasta principios de verano, de modo que se pudieron segar dos cortes -incluso tres en algunas zonas-.
Por otro lado, en regadío el estado de los pantanos hizo que no hubiese ningún problema de riego (ni siquiera en los meses de septiembre y octubre, que en esta provincia normalmente aparecen las primeras heladas y cortan el ciclo). Por lo tanto, este año se pudo realizar un corte de última hora con el que no contaba el agricultor.