La cosecha de cereales en Marruecos en la actual campaña se estima en 5,5 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 62% respecto al año pasado, pese una difícil situación climática registrada en los últimos meses y caracterizada por un déficit de lluvias y altas temperaturas, según indica un comunicado del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
De esos 5,5 millones de toneladas, 2,9 millones de toneladas corresponden a trigo blando, 1,1 de millones de toneladas a trigo duro y 1,3 millones de tonelada a cebada.
Asimismo, el Ministerio indica que las cuatro regiones de Fez-Meknés, Rabat-Salé-Kenitra, Gran Casablanca-Settat y Tánger-Tetuán-Alhucemas (en el centro, oeste y norte del país) contribuyen con un 82,9% del total de la producción nacional.
Además, prevé un «retorno a la normalidad» de la producción citrícola y olivícola y el aumento de la producción de dátiles en el sur del Atlas gracias a las «favorables» condiciones climáticas.
La nota explica que el inicio de la campaña agrícola este año estuvo marcado por condiciones climáticas «desfavorables» con un retraso de las primeras lluvias, un «destacado» déficit hídrico y una «inadecuada» distribución espacio-temporal de las precipitaciones.
El déficit de lluvias se registró entre septiembre y noviembre pasados, lo cual «retrasó la instalación de los cultivos de otoño e impactó negativamente el estado de los pastizales», indica.