Una climatología adversa en la pasada primavera y durante el verano ha mantenido contra las cuerdas a los agricultores y ganaderos. Muchos cultivos se vieron afectados por el calor y la falta de precipitaciones, las cosechas se retrasaron, se desarrollaron plagas y enfermedades y, como resultado, la calidad de algunos productos también se vio afectada. Sin embargo, al mismo tiempo, ha habido algunos factores positivos que han aliviado la situación, en particular la disminución de los costes de producción, por la bajada de los precios de la energía, los fertilizantes y los piensos. Esta es la situación que se observa en los mercados agrarios de la UE y que influirá en su evolución en los próximos meses, según el último informe de perspectivas a corto plazo publicado por la Comisión Europea.
La Comisión no se olvida en su informe de la inflación. Apunta que la inflación mensual de los alimentos empezó a bajar en julio en la UE y, aunque los precios siguen siendo altos para los consumidores, ese descenso que se ha iniciado podría mejorar la demanda. En el caso de las carnes, sin embargo, el consumo podría mantenerse por debajo de la media en los próximos meses, excepto la de carne de pollo. Tampoco se espera una recuperación del consumo de vino.
Cultivos herbáceos
En su análisis por sectores, la Comisión apunta a una producción de cereales de 268,5 millones de toneladas en la presente campaña 2023/24, solo un 1% por encima de la obtenida en la campaña anterior y un 4,3% inferior a la media de las cinco últimas, debido a las condiciones climáticas adversas durante la primavera y el verano, que afectaron especialmente al maíz y la cebada. En cuanto a la demanda, el uso de cereales para piensos podría permanecer estable, mientras que su utilización en la fabricación de biocombustibles podría seguir creciendo (un 12% más que en 2022/23).
La Comisión apunta que la UE sigue siendo un exportador neto de cereales, en particular de trigo, y destaca el aumento de las exportaciones a Oriente Medio y África subsahariana en los últimos meses.
En cuanto a la producción de oleaginosas, la Comisión subraya que la cosecha comunitaria podría alcanzar los 33 millones de toneladas, un 6% más que en 2022/23 y un 11% por encima de la media de los últimos cinco años, impulsada por una recuperación de la producción de girasol, así como por una mayor producción de soja. Ello permitirá reducir las importaciones de harinas de oleaginosas, salvo de las de soja, que podrían mantenerse estables.
Azúcar
La producción de azúcar de la UE podría alcanzar los 15,6 millones de toneladas en 2023/24, un volumen cercano a la media de los últimos cinco años y por encima del obtenido en la campaña anterior. La Comisión apunta que, a pesar del desafío que supone para los productores la prohibición total del uso de neonicotinoides en el cultivo de la remolacha, se espera que la superficie dedicada al cultivo, los rendimientos y el contenido en azúcar aumenten respecto a la campaña anterior.
La demanda podría situarse en torno al nivel de la campaña pasada, a pesar de la subida del precio de este producto al consumidor.
Aceite de oliva y vino
Bruselas constata en su informe que la producción de aceite de oliva seguirá siendo baja en 2023/24 (1,5 millones de toneladas) y que los precios mantendrán niveles altos, lo que se traducirá en menores exportaciones (-10%) y una bajada del consumo en la UE (-6%). La Comisión subraya que en Jaén los precios en origen a finales de agosto eran casi tres veces más altos que la media de los últimos cinco años. Unas importaciones estables podrían mejorar la disponibilidad de la UE, pero a pesar de las compras en el exterior el volumen disponible seguirá siendo corto.
En cuanto al vino, la primera estimación de cara a la presente campaña 2023/24 apunta a un volumen de 150 millones de hectolitros a nivel comunitario, lo que supondría una caída del 6% respecto a la campaña anterior. El descenso se debe a la caída en España y en Italia, mientras que Francia espera un incremento (hasta unos 45 millones de hectolitros) que situarán al país como primer productor comunitario en esta campaña. La demanda continuará a la baja, especialmente la de vinos tintos, afectada por la disminución del poder de compra de los consumidores.
Producciones ganaderas
Las entregas de leche en la UE se mantienen bastante estables y se estima que aumentarán apenas un 0,3% en 2023 y posiblemente un 0,2% en 2024. Los precios de la leche cruda de la UE están a la baja desde principios de año y, aunque los costes de la energía, los fertilizantes y los piensos están empezando a moderarse lentamente, siguen siendo elevados, lo que genera márgenes estrechos para los productores de leche de la UE tanto este año como de cara al próximo.
Por otro lado, los europeos seguirán comiendo menos carne, afirma la Comisión Europea. En general, se espera que el consumo de carne per cápita en la UE disminuya un 1,5% en 2023 debido a la inflación de los precios y a la menor oferta en el mercado.
