En la primera quincena de enero, el comercio de trigo a través del Canal de Suez registró un acusado descenso del 40% respecto al mismo período del año pasado, hasta las 500.000 toneladas, según los datos recogidos en un informe realizado conjuntamente por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Consejo Internacional de Cereales (CIC). Ese descenso es consecuencia de los ataques a buques de carga en el mar Rojo y el golfo de Adén.
Los datos del informe se centran principalmente en los últimos meses de 2023. Si se consideran específicamente los envíos de trigo de la UE, la Federación Rusa y Ucrania a determinados países asiáticos y de África oriental, que normalmente pasan por el canal de Suez, los envíos totales (teniendo en cuenta todas las rutas) durante diciembre se situaron en 2,4 millones de toneladas, un volumen similar al de diciembre de 2022. La diferencia es que, de ese total, alrededor del 8% se entregó a través de rutas alternativas evitando el canal de Suez, frente a una proporción normal de sólo el 3%.
En general, de acuerdo con estos organismos, los datos del transporte marítimo indican una caída en los volúmenes totales de cereales y semillas oleaginosas que transitan a través del canal de Suez, y las empresas desvían cada vez más sus cargamentos a través del sur de África u otras rutas alternativas.
Los envíos totales de cereales y semillas oleaginosas a través del canal de Suez pasaron de 7,2 millones de toneladas en noviembre de 2023 a 5,9 millones de toneladas en diciembre, principalmente debido a una caída de la soja estadounidense. Aunque ese descenso podría explicarse, en parte, por factores estacionales y condiciones climáticas adversas en algunos puertos del mar Negro, el volumen de diciembre también fue inferior al de diciembre de 2022 en un 20% y se situó un 15% por debajo del promedio de tres años. En la primera quincena de enero se observó una caída más pronunciada en los tránsitos a través del canal.
El informe subraya, sin embargo, que el desvío de buques por otras rutas ha tenido un impacto limitado, al menos hasta el momento, en las exportaciones totales de la UE, la Federación Rusa y Ucrania a Asia y África Oriental.
