La Comisión Europea ha autorizado la compra de Monsanto por Bayer, aunque con condiciones, por considerar que los compromisos adquiridos por esta última responden a las preocupaciones de Bruselas en materia de competencia. La Comisión condiciona la operación a la venta de un amplio conjunto de actividades para evitar solapamientos en los sectores de semillas, pesticidas y agricultura de precisión.
Bruselas recuerda en un comunicado que Monsanto es el mayor abastecedor de semillas del mundo (que comercializa sobre todo en Estados Unidos y América Latina) y un importante proveedor de glifosato, el herbicida más utilizado a nivel mundial. Por su parte, Bayer es el segundo abastecedor de pesticidas y tiene sus actividades centradas en Europa. Además, es un importante proveedor de semillas. La operación supone, por tanto, la creación de una gran compañía en estos ámbitos.
La investigación de la Comisión Europea sobre la compra reveló que la operación, tal y como se planteó inicialmente, habría reducido sensiblemente la competencia sobre los precios y la innovación en diversos mercados de Europa y a nivel mundial. También existía la posibilidad de que aumentara la posición dominante de Monsanto en ciertos mercados en los que Bayer era un competidor importante de la empresa. Por ejemplo, habría reforzado la posición dominante de Monsanto en el mercado de los transgénicos en lo que respecta a los caracteres que proporcionan tolerancia a los herbicidas o resistencia a los insectos. También se habría eliminado la competencia en el terreno de los herbicidas no selectivos de uso agrícola y no agrícola, entre el glufosinato de Bayer y el glifosato de Monsanto.
Las medidas a las que se ha comprometido Bayer responden, en opinión de la Comisión, a estos problemas de competencia. La firma cederá activos y actividades en los mercados de semillas y pesticidas en los que se hayan detectado esos problemas. Bayer ha propuesto a la empresa BASF como adquiriente de esas actividades.
Ahora, la Comisión debe determinar si la cesión a BASF reúne todas las exigencias aplicables a la empresa compradora y si plantea algún otro problema de competencia.
Bayer y Monsanto podrán cerrar la operación cuando la Comisión haya concluido su examen sobre este comprador.
