El pleno del Parlamento Europeo ha dado su apoyo a la nueva normativa sobre controles oficiales en la cadena alimentaria, que supone un endurecimiento de las inspecciones alimentarias desde el productor al consumidor. Estas nuevas reglas ya fueron objeto de un acuerdo entre el Parlamento y el Consejo de la UE y buscan recuperar la confianza de los consumidores tras escándalos como el de la carne de caballo.
La nueva reglamentación prevé inspecciones por sorpresa en todos los sectores, un cumplimiento más estricto de la normativa ante prácticas fraudulentas o engañosas, requisitos para la importación de animales y plantas y controles por parte de la Comisión en los Estados miembros y en países terceros. La ponente del texto, la socialista austriaca Karin Kadenbach, ha destacado el hecho de que el Parlamento haya logrado «reforzar la cuestión del cumplimiento, sobre todo en lo referido a las sanciones por infracciones intencionadas de la legislación» y ha apuntado que confía «en que la existencia de penas verdaderamente disuasorias será clave para combatir el fraude».
El reglamento adoptado reúne, en un solo texto, los controles oficiales para todos los sectores de la cadena agroalimentaria, repartidos ahora entre unos 16 reglamentos o directivas.
Aunque la disposición entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE, la mayor parte de las nuevas normas no serán obligatorias hasta mediados de diciembre de 2019.