Los obtentores de semillas y los representantes de los agricultores han firmado un convenio sobre reempleo de granos para siembra que, según las organizaciones firmantes, «aportará transparencia y mayor calidad y rendimiento de los granos al sector de cereales» y oleaginosas.
Las organizaciones en cuestión son ASAJA y UPA, Cooperativas Agro-alimentarias y Geslive (filial de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales, Anove), que han presentado el convenio al secretario general de Agricultura y Alimentación, Carlos Cabanas.
Subrayan que mediante el mismo se «establece un marco que permite no solo el cumplimiento de la normativa en vigor sobre acondicionamiento de grano y protección de las obtenciones vegetales, sino la reinversión de la contribución por reempleo de semilla de variedades protegidas en programas de investigación diseñados en colaboración y para el sector cerealista en España».
El acuerdo se aplicará ya a partir de la presente campaña 2017/18 y «establecerá -dicen- un sistema sencillo y eficiente que facilitará a los agricultores la gestión de la contribución por reempleo de semillas». Esa contribución por reempleo de las variedades protegidas se ha fijado en 1,2 euros/quintal (12 euros/tonelada), aunque también se establece otra forma de pago en función de la superficie de entre 1 y 3 euros por hectárea.
Según los firmantes, «este convenio permitirá mejora la calidad de la semilla utilizada, aumentar el índice de utilización de semilla certificada, incrementar las líneas de investigación para obtener variedades que respondan a las necesidades específicas de las regiones españolas, y contribuirá a mejorar la sostenibilidad de los cultivos y a mantener la competitividad de las explotaciones».
El acuerdo contempla excepciones para los pequeños agricultores.
«Normalizar» la relación entre «quien innova y quien utiliza»
Cabanas ha destacado que el convenio «normaliza» la relación entre «quien innova y quien utiliza» esa innovación respecto, entre otras cosas, al pago de los «royalties» con los que el agricultor remunera los derechos de propiedad intelectual de las empresas de semilla certificada.
Según él, cada vez es más necesaria la innovación para hacer frente a retos como la sequía, el cambio climático o las enfermedades de las plantas. Todo ello hace necesario contar con semillas que permitan una agricultura más competitiva.
El presidente de Geslive ha destacado que se simplifica el procedimiento para que lleguen al obtentor de semillas los derechos de propiedad intelectual y ha subrayado el hecho de que un 50% del «royalti» pagado por la semilla se destinará a programas de investigación. Ha precisado que los pagos tienen una duración de 25 años porque, transcurrido ese período, las variedades pierden su derecho de protección y pasan a ser de propiedad pública.
