Las cooperativas de siete países europeos –España, Bélgica, Alemania, Francia, Grecia, Italia y Polonia– han adoptado una posición común sobre el futuro régimen comunitario de ayudas al sector de frutas y hortalizas en el marco de la futura PAC.
Consideran que el sistema de apoyo actual es el más adecuado para este sector teniendo en cuenta los retos a los que se enfrenta el sector hortofrutícola y las expectativas de la sociedad, por lo que sugieren que se mantenga, aunque apuntan que pueden introducirse algunas mejoras.
Entre ellas citan un aumento de la cofinanciación de los fondos operativos en ciertos casos y una mayor flexibilidad en las medidas de gestión y prevención de crisis.
El documento en cuestión, que por parte española ha firmado Cooperativas Agro-alimentarias, plantea las siguientes medidas:
- “El régimen actual de ayudas comunitarias sigue siendo el más apropiado”, por lo que habría que mantenerlo. Las ayudas que se conceden a través del mismo son proporcionales al valor de la producción comercializada por cada organización de productores (OP), está adaptado a los principales retos del sector (entre ellos la concentración de la oferta) y consume un presupuesto mínimo si se compara con el de otros sectores.
- El presupuesto asignado al régimen de ayudas al sector de frutas y hortalizas debería seguir siendo “independiente, cofinanciado a nivel de la UE (no a nivel nacional) y abierto (con un techo expresado solo como un porcentaje del valor de la producción comercializada a nivel de la OP)”.
- Aunque el régimen de ayudas es el adecuado, caben mejoras. Por ejemplo, incrementando el nivel de cofinanciación (que es del 50%) y el nivel máximo de ayuda (que es del 4,1% del valor de la producción comercializada) para las OP que contribuyan más a la concentración. Además, no debería segregarse el gasto para prevención y gestión de crisis.
- También debería incrementarse el porcentaje de cofinanciación para ciertas acciones consideradas prioritarias, como las relacionadas con la internacionalización, las dirigidas a mejorar la comercialización, las de conversión a la producción ecológica o las de prevención y gestión de crisis.
- Habría que ampliar las posibilidades y la flexibilidad de la medida de gestión y prevención de crisis, por ejemplo facilitando la distribución gratuita del producto retirado y aplicando las nuevas acciones introducidas por el reglamento “ómnibus”.
- Las medidas de gestión de crisis contempladas en la normativa hortofrutícola son aplicables a crisis puntuales pero no son adecuadas para desequilibrios graves del mercado.
- El nivel mínimo común para el reconocimiento de OP (valor de la producción comercializada y número de miembros) debería ser más alto a nivel comunitario, para garantizar que las organizaciones tienen un tamaño adecuado.
- Finalmente, mejorar el control y las auditorías del sistema, para que sean más eficientes.
