El COPA-COGECA, que agrupa a las organizaciones y cooperativas agrarias europeas, considera que hace falta una cierta regulación a nivel comunitario sobre la utilización de los drones, aunque no demasiado estricta.
Los profesionales apuestan por el uso de estos aparatos para ayudar a los agricultores en muchos ámbitos. Permiten, entre otras cosas, una pulverización aérea de precisión (para agua, productos fitosanitarios o abonos), cartografiar los campos o realizar estudios topográficos. También pueden ayudar a facilitar las tareas difíciles y a reducir el tiempo de trabajo.
Dado que el marco jurídico actual no es homogéneo, piden a Bruselas disposiciones comunes para todos los Estados miembros, teniendo en cuenta la seguridad y el respeto de la vida privada y que incluyan dos elementos clave: que no sea necesario dar cuenta de cada vuelo y que se permita su uso para aplicar productos fitosanitarios, dada la precisión de los drones con respecto a las aeronaves convencionales.
Piden también formación a los agricultores tanto en el manejo de estos aparatos como en las aplicaciones informáticas específicas que requieren para la recogida de datos. Ello implica, por otro lado, mejorar el acceso a internet en las zonas rurales.