La cosecha de cereales de invierno este año en Castilla y León se quedará en unos 2,6 millones de toneladas, lo que supone un descenso del 59% respecto a los 6 millones que se vienen recogiendo tradicionalmente en la región. El valor de esta producción rondará los 450 millones de euros, que es una cifra inferior en un 60% a la media de los cinco últimos años, en los que se han rondado los 1.000 millones de euros.
Estas son las cifras facilitadas por la consejera de Agricultura, Milagros Marcos, durante una visita a la localidad de Cabrillas (Salamanca). Marcos ha calificado de «mal año» este 2017, caracterizado por una fuerte sequía que, además, ha ido acompañada de episodios de heladas en abril y de granizo en mayo.
Por provincias, la más afectada ha sido Avila, donde la caída de la producción ha sido del 71%. En Valladolid y Salamanca se estima un descenso del 68%, en Segovia del 57% y en Burgos del 46%.
Poco más de 12 millones a nivel nacional
A nivel nacional, las primeras estimaciones del Ministerio de Agricultura dan cuenta de un volumen de grano de otoño-invierno de 12,26 millones de toneladas, que suponen una caída del 36,4% respecto al año pasado.
Los datos del Ministerio muestran descensos en todos los tipos de grano, salvo en el trigo duro, para el que apunta a una cosecha de 1,16 millones de toneladas, un 12,7% superior a la de 2016. La producción de trigo blando se quedará por debajo de los 4 millones de toneladas (-42,4%) y la de cebada será de 5,7 millones (-38%).
Aunque en algunos casos se ha registrado una ligera disminución de la superficie, el fuerte descenso de la producción se debe a la acusada caída de los rendimientos derivada, principalmente, de la sequía.
La estimación del Ministerio es muy similar a la lanzada por Cooperativas Agro-alimentarias hace unas semanas y se sitúa en un punto intermedio entre los 9,9 millones previstos por ASAJA y los 13,3 millones estimados los comerciantes (ACCOE).
