El Ministerio de Agricultura francés ha confirmado la corta cosecha de cereales que se obtendrá en 2024 en el país, sobre todo en el caso del trigo blando, cuya producción será una de las más bajas de los últimos 40 años. Se estima un descenso de casi un 25% respecto al año pasado, con lo que se situará en 26,3 millones de toneladas.
El descenso se debe principalmente a la disminución de los rendimientos como consecuencia del exceso de lluvias, aunque en algunos casos, como el trigo blando, también ha contribuido la reducción de la superficie cultivada, consecuencia también de una meteorología desfavorable. En el caso del maíz se espera un aumento de la producción, ya que la merma en los rendimientos se verá más que compensada con el incremento de la superficie.
A pesar de estos malos resultados, la interprofesional cerealista francesa, Intercéréales, ha asegurado en un comunicado que la cosecha podrá “responder a la demanda nacional” y que probablemente no tendrá ningún impacto para los consumidores. Al mismo tiempo, añade, también permitirá a Francia “seguir presente en la escena internacional”, aunque el volumen que se exportará será “menos importante” y se centrará en los mercados tradicionales de Francia, principalmente los europeos.
Por su parte, la consultora Argus Media ha subrayado que los productores de trigo sufrirán el doble impacto de una cosecha históricamente baja y de unos precios no remuneradores: el mercado mundial, donde la oferta de grano es abundante, tira de ellos a la baja. Por su parte, las exportaciones a países terceros podrían disminuir en un 60%, hasta los 4,1 millones de toneladas con una pérdida de 1.400 millones de euros de la cifra de negocios de la exportación.
Estimaciones de cereales en Francia
